Las tertulias santafereñas

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Las tertulias santafereñas

Por: jstorres
Publicado el: Julio 2020
Durante los tiempos coloniales fueron espacio de discusión literarios y políticos.

Por María Eugenia Hernández - Historiadora del Archivo de Bogotá

Cuando hablamos del siglo XVIII nos encontramos con un hecho del pensamiento muy importante para toda la humanidad: La Ilustración, un movimiento de la sociedad burguesa de Francia que promovía el gobierno de las ideas y no por el derecho de sucesión por la sangre. Por esta razón quienes tenían el poder económico buscaban adquirir conocimientos de política y derecho, historia, arte, etc. Convirtiéndose en mecenas de sus maestros.

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Esas ideas, aunque censuradas en muchos espacios, llegan al Virreinato de la Nueva Granada a círculos de élites económicas que apoyaron el estudio y puesta en práctica de estas ideas. Tal es el caso de Manuela Sanz de Santa María, nacida en Santafé de Bogotá a mediados del siglo XVIII, hija de Don Francisco Sanz de Santa María y Doña Petronila Prieto Ricaurte[2] reconocidos personajes de la sociedad santafereña.

Su educación fue un asunto de gran menester para sus padres, especialmente para su madre, quien “quiso que sus hijas brillasen por los primores del espíritu, más que por cualquier otro adorno”. Sabía latín, italiano y francés y traducía diversos textos para sus hijos estudiantes. Fue una destacada intelectual, propietaria de una biblioteca de Historia Natural que visitaban tanto locales como foráneos de la talla de Alejandro de Humboldt, quien no escatimó elogios al conocer tanto a la dueña como a su biblioteca.

Doña Manuela estaba casada con el doctor Francisco González Manrique, abogado de la Real Audiencia de Santafé e hijo del presidente de la misma. Distinguido como un “sujeto honorable y calmoso”, celebraba y apoyaba las actividades intelectuales de su esposa, tal como nos cuenta José Manuel Groot en su Historia eclesiástica de la Nueva Granada.

Santafé albergó las tertulias más conocidas del territorio neogranadino: el Arcano sublime de la filantropía, a cargo de Antonio Nariño y apoyado por su esposa Doña Magdalena Ortega, Ellos albergaron en su casa entre 1789 y 1794 alrededor de la Tertulia Literaria, a diferentes personalidades como José Joaquín Camacho, Camilo Torres, José María Lozano, Francisco Antonio Zea, José Antonio Ricaurte, entre muchos otros. La Tertulia Eutropélica de Manuel del Socorro Rodríguez, bibliotecario de la Real Biblioteca de Santa Fe de Bogotá (ahora Biblioteca Nacional de Colombia) y fundador del periodismo en Colombia, a quien se le atribuye la publicación de la primera nota periodística titulada “El Aviso del Terremoto”.  y la Tertulia Del buen gusto de Manuela Sanz de Santamaría.

En todas ellas se trataban aspectos científicos, literarios y políticos. Muchos de los textos que allí se comentaron fueron leídos en su idioma original como Frances e Ingles, algunos textos de filosofía política en Alemán. También algunos de los asistentes y anfitriones tenían habilidades musicales e interpretaban algunos instrumentos como el piano y la vihuela entre otros, para deleite de los amigos presentes.

Entre sus miembros se encontraban varios de los líderes que más adelante conformarían el movimiento independentista. Sin embargo, la Tertulia de doña Manuela resultó interesante en particular, en tanto que acogió a algunas de las intelectuales más conocidas de la época, como su prima Doña Francisca Ricaurte quién sería después la esposa de Camilo Torres a quien conoció en estas reuniones.[3] La posición aventajada de doña Manuela la llevó a fomentar decisivamente la participación de la mujer en la revolución de la independencia que se dio en 1810. Esta revolución trascendió hasta la liberación del dominio español del virreinato de la Nueva Granada en 1819.[4] 


[1]Dibujo de Claudio Gay, 1848

[2] Gómez de Ocampo, Nelly. Mujeres y la libertad. Tunja, Búhos editores, 2011, pág. 39.

[4] Gómez de Ocampo, Nelly. Mujeres y la libertad. Tunja, Búhos editores, 2011, pág. 40.