Entrevista a Manuel Ancízar

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Entrevista a Manuel Ancízar

Por: jstorres
Publicado el: Octubre 2018
A partir de una entrevista imaginaria, se revelan detalles de la vida del escritor, político y periodista colombiano del siglo XIX

Por Laura Buitrago

Al igual que muchos intelectuales del siglo XIX, Ancízar se movió en diversos campos, entre los cuales la política, el periodismo y la pedagogía eran actividades obligadas. Fue colaborador de El Correo, El Siglo, El Repertorio, El Museo, El Liberal y El Tiempo. Su espíritu investigador y sintético -nos dice José María Samper- se prestaba a la tarea del periodismo; mayormente cuando nadie mejor que él sabía discutir, sosteniendo una tesis con calma, comedimiento, oportunidad de observaciones y muy clara sindéresis. Durante años, Ancízar estuvo al frente de las cátedras de Economía Política y Derecho Internacional y Diplomacia. Fue ministro de Relaciones Exteriores, presidente del Consejo de Estado, miembro de la Convención de Rionegro, rector de la Universidad Nacional y del Colegio Mayor del Rosario, secretario de lo Interior y Relaciones Exteriores y hasta incursionó en el ámbito comercial.

Manuel Ancízar: “(…) Nadie recuerda allí el suceso; ni los sucesores de los victoriosos, ni los descendientes de los desventurados (…)”

Criollo, masón, liberal y escritor: han sido tales características las que han definido los relatos biográficos de Manuel Estevan Ancízar Basterra (1811-1882). Y aunque definieron gran parte de su quehacer, vale la pena resaltar específicamente su participación en los dos proyectos de construcción nacional más importantes en la historia del país: la creación de la Universidad Nacional de Colombia (1867) -desempeñándose como primer rector- y la Comisión Corográfica (1850-1859), a partir de la cual redactó uno de los estudios sociológicos más importantes del siglo XIX. Han pasado más de 100 años desde su paso por este gran proyecto que permitió identificar la diversidad de nuestro país. ¿Qué más detalles podríamos conocer de esta titánica iniciativa? En esta entrevista ficticia, basada en su libro “La peregrinación de Alpha”, así como en las investigaciones posteriores sobre la Comisión, el propio Manuel nos lo cuenta.

Archivo de Bogotá: Corográfico no es precisamente el más comprensible de los términos. ¿Qué significa? ¿Por qué Comisión Corográfica?

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Cosecheros de anís, indios mestizos: provincia de Ocaña

Carmelo Fernández

1850

Acuarela sobre papel; 31x24 cm

Imagen tomada del Fondo Comisión Corográfica-Biblioteca Digital, de la Biblioteca Nacional de Colombia. https://bit.ly/2IsWRn7 

Manuel Ancízar: Es cierto, pero todo adquiere sentido una vez se entiende su significado. Corografía significa descripción de un país, una región o una provincia. Teniendo esto claro, podemos afirmar que la Comisión Corográfica fue un proyecto que tuvo como objetivo describir las provincias de la Nueva Granada, que fue el nombre que adoptó Colombia luego de la disolución de la Gran Colombia en 1830. En 1839, el Congreso ordenó por medio de una ley que se contratara a varios “ingenieros geógrafos” para que realizaran una descripción de cada una de las provincias (que era entonces la forma de llamar a las divisiones territoriales que hoy en día se conocen como Departamentos) y levantaran un mapa de las mismas. A esas personas encargadas por ley se les denominó como una comisión.

A.B: ¿Por qué había que describir y reconocer el país? ¿Antes no se conocía?

M.A: Para 1830 en la Nueva Granada, recién separada de la Gran Colombia, apenas y se conocían algunos lugares. Los más reconocidos eran los que habían tenido importancia durante la Colonia, así que podríamos decir que a mediados del siglo XIX el país era casi que un territorio imaginado. Los mandatarios de la Gran Colombia se planteaban entonces qué tipo de nación debía construirse. Estaba claro que no éramos una colonia imperial pero tampoco habíamos logrado consolidarnos como nación y para lograr esto última era necesario primero, reconocer territorialmente el lugar que habitábamos. Y no solamente de manera botánica y natural como se había hecho durante la Expedición Botánica (1784-1808) sino con descripciones y acuarelas detalladas de su gente, sus actividades cotidianas, medios de transporte, viviendas, entre otros. Esto también serviría para reconocer nuestras ventajas y desventajas en términos productivos y comerciales y llamar la atención de extranjeros que quisieran venir a visitarnos, establecerse o invertir.

A.B: ¿Quiénes conformaron esa Comisión y cuál era su labor?

M.A: A pesar de que la primera ley que ordenaba la realización de este proyecto fue emitida en 1839, fue la ley del 29 de mayo 1849 la que estableció que el trabajo de la Comisión estaría dirigido por Agustín Codazzi (1793-1859), geógrafo e ingeniero militar nacido en Lugo, municipio que hacía parte de los entonces llamados Estados Pontificios. Había sido traído para trabajar en el Colegio Militar debido a su experiencia, pues había sido él quien había levantado el mapa completo de Venezuela, luego de la disolución de la Gran Colombia, por orden de José Antonio Páez y con la ayuda de Carmelo Fernández -que también le ayudaría en el proyecto de la Nueva Granada- y los historiadores Rafael María Baralt y Ramón Díaz. Según la ley antes mencionada, Codazzi estaba contratado para “formar una descripción completa de la Nueva Granada, y (…) levantar una carta general de dicha República y un mapa corográfico de cada una de sus provincias, con los correspondientes itinerarios y descripciones particulares (…)”. La ley también mencionaba que el gobierno le proporcionaría un ayudante para “escribir los mapas, poner en limpio los cálculos, descripciones, itinerarios, y cumplir los demás encargos que él encomiende y sean propio de esta comisión.”, y por eso fui contratado. También se me encargaba “escribir y ordenar un diccionario geográfico-estadístico de la Nueva Granada, que contenga lo sustancial sobre posición de todos los lugares, su temperatura, población, producciones, comercio, vías de comunicación, rentas y obras públicas nacionales y seccionales: las nociones generales que puedan obtenerse sobre organización política, fuerza armada, estadística judicial, crédito nacional, instrucción pública, monedas, pesos y medidas; en fin, una noticia sucinta de todos los hechos del algún interés relativos al gobierno, la población, la industria y los establecimientos públicos.”.  Sin duda era un trabajo exhaustivo y para cumplir tales propósitos publiqué el texto titulado La peregrinación de Alpha por las provincias del norte de la nueva Granada en 1850 i 1851. Debido a mis compromisos laborales, abandoné la expedición en 1852 y fue reemplazado por Santiago Pérez (1830-1900), quién también recopiló y publicó sus estudios sobre el viaje en el libro Apuntes de un viajero por Antioquia y el sur de la Nueva Granada.

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Vista a la ciudad de Ambalema: provincia de Mariquita

Enrique Price

1852

Acuarela sobre papel; 31x24 cm

Imagen tomada del Fondo Comisión Corográfica-Biblioteca Digital, de la Biblioteca Nacional de Colombia. https://bit.ly/2IsWRn7 

 

Las labores de botánica fueron llevadas a cabo por José Jerónimo Triana (1826-1890), a quien se le solicitaba específicamente “clasificar y dar nombre botánico a las plantas que se vayan encontrando en los diferentes países que recorra, llevando separadamente un registro ordenado, en que estén clasificadas y descritas las plantas de aplicación útil en las medicinas, en las artes y para la exportación (…) recoger, examinar, disecar y describir las plantas nuevas u otras que considere que deben formar parte de los herbarios cuya colección debe presentar la comisión anualmente al gobierno”.  Tras su trabajo en la Comisión viajaría a Europa y realizaría investigaciones que alcanzarían notable prestigio junto con Jules Émile Planchon, un reconocido botánico de la Universidad de Montpellier (Francia).

 

Los pintores debían dibujar los “tipos característicos de la población de cada provincia, no pudiendo ser menos de dos” y “los monumentos que se encuentren y se determinen, los paisajes notables, curiosidades naturales y vistas y cortes geológicos que le pidan los comisionados”, junto con las plantas y los mapas corográficos. Tres personajes desempeñaron tales labores: Carmelo Fernández (1809-1887), Henry (Enrique) Price (1819-1863) y Manuel María Paz (1820-1902). El primero abandonaría la Comisión en 1852 y sería reemplazado por Price hasta 1853, fecha en la que éste también abandonaría la Comisión debido a su deteriorado estado de salud luego de las travesías por el país. Paz tomó el cargo y junto con Manuel Ponce de León (1829-1899) y Felipe Pérez (1836-1891) recopiló, editó y publicó finalmente los trabajos de la Comisión.

 

A.B: ¿Qué sitios visitaron?

 

M.A: Se realizaron diez expediciones entre 1850-1859. En 1850 nos dirigimos hacia el norte y recorrimos las provincias de Vélez, Socorro, Soto, Ocaña, Santander y Pamplona. En 1851, viajaron hacia el nordeste por Tundama y Tunja y se completaron los mapas de Socorro, Soto, Vélez, Ocaña, Pamplona y Santander. En 1852, recorrieron Mariquita, Medellín, Córdoba, Antioquia y Cauca. Se planteó la posibilidad de usar el río Cauca como una ruta de navegación. En 1853 descendieron por el rio Magdalena, completando el dibujo de su parte baja y visitaron Túquerres, Pasto, Popayán, el valle del rio Cauca y se exploró el valle del Patía. En una segunda expedición realizada a finales de ese año se dibujó el mapa del Chocó y se planteó la posibilidad de construir un canal que comunicara a los océanos Atlántico y Pacífico. En 1855 se realizó el mapa de la parte baja del rio Bogotá. En 1856 se dirigieron al norte de Bogotá, llegaron a Villavicencio y trazaron el mapa del curso del rio Meta. En 1857 se describió San Agustín y las cabeceras del rio Magdalena. En 1858 se trazó el camino entre Facatativá y Beltrán y a finales de 1858 llegaron a la Sierra Nevada de Santa Marta, sitio con el cual completaron el mapa de las provincias del norte.  

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Habitantes del Patía: provincia de Popayán

Manuel María Paz

1853

Acuarela sobre papel; 29x24 cm

Imagen tomada del Fondo Comisión Corográfica-Biblioteca Digital, de la Biblioteca Nacional de Colombia. https://bit.ly/2IsWRn7 

A.B: ¿Es posible conocer el trabajo que realizaron?

M.A: Si. En El Repertorio, periódico oficial de la provincia de Bogotá que se puede consultar en el Archivo de Bogotá, se encuentran algunos fragmentos de la primera expedición. Por otra parte, la Biblioteca Nacional, el Archivo General y el Museo Nacional conservan acuarelas y mapas realizados. Otras fuentes de información son El Neogranadino, uno de los periódicos más importantes del siglo XIX, fundado por mí, en donde se publicaron las crónicas e informes de los viajeros, así como La Gaceta Oficial, que también sirvió como medio difusor de las labores realizadas.

A.B: ¿Qué retos planteó encontrarse de repente con toda esa nueva información?

M.A: En principio, el viaje mismo estuvo lleno de vicisitudes. Los largos trayectos por caminos inexplorados y las difíciles condiciones climáticas y de vida para viajeros que nunca antes habíamos experimentado tales travesías causaron que algunos claudicaran en el proceso. Así mismo, las dificultades económicas tampoco se hicieron esperar, comprensibles pero catastróficas para la Comisión, que además tuvo que hacer frente a los constantes cambios en cuanto a las divisiones político-administrativas del país, pues repentinamente las provincias se convirtieron en estados que cambiaban sus fronteras continuamente y entonces los mapas debían reconfigurarse. Sin embargo, descubrimos una diversidad natural y social que nos pareció supremamente valiosa, pero nos planteó un desafío particular: ¿cómo homogeneizar esa diversidad social y construir ese modelo único de ciudadano para esa nueva república en construcción? Desconozco si para la gente de esta época ese sea un debate o una incertidumbre, pero, para nosotros, en pleno proceso de construcción nacional, era necesario lograr consolidar un solo modelo en el que se pudieran agrupar todos bajo la categoría de ciudadanos. También fue significativo darnos cuenta de la importancia de nuestro pasado indígena del que, aunque conocíamos muy poco, guardábamos aprecio, pues buscábamos identificarnos con una comunidad que no fuera la colonial a pesar de ser casi todos (si no todos) hijos de ese tiempo y de sus gentes.

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Carta corográfica de estado de Santander, levantada por el geógrafo A. Codazzi.

Agustín Codazzi

1874

Imagen tomada de la Colección Cartografía Histórica -Biblioteca Virtual, de la Biblioteca Luis Ángel Arango. https://bit.ly/2H7l6Yy

A.B: Finalmente, ¿qué desearía resaltar de ese trabajo?

M.A: En primer lugar, a Codazzi, que llevó a cabo una titánica labor que permitió en su momento que el país lograra reafirmarse a partir de su reconocimiento físico: construyó espacialmente la nación y en parte, el territorio que reconocemos hoy, a pesar de que no logró ver concretado su trabajo, pues falleció en 1859 y los trabajos fueron compilados entre 1865 y 1889. Y, en segundo lugar, la ayuda constante de intérpretes indios, negros y peones sin los cuales hubiera sido imposible retratar la nación.

Referencias

Biblioteca Nacional de Colombia: Exposiciones Virtuales. La Comisión Corógráfica: aporte interdisciplinario para el mundo. 2008.

Restrepo, Olga. “Un imaginario de la nación. Lectura de láminas y descripciones de la Comisión Corográfica” en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 26, 1999.

Uribe Hanabergh, Verónica. “La Comisión Corográfica colombiana y la Mission Héliographique francesa: dos empresas nacionales a luz del positivismo del siglo XIX” en Historia y Sociedad, Número 30, p.171-196, enero-junio 2016.

Villegas Vélez, Álvaro. “Paisajes, experiencias e historias en las dos primeras expediciones de la Comisión Corográfica. Nueva Granada, 1850-1851” en Historia y Sociedad, Número 20, p.91-112, enero-junio 2011.

El Repertorio. Periódico oficial de la provincia de Bogotá. Año III, No. 150, p.3. 20 de abril de 1856. Archivo de Bogotá.


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