Conozca el antes y después del barrio Santa Bárbara Centro

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¿Cómo era Bogotá sin su Archivo?

Al comenzar el siglo XX, buena parte de nuestra historia bogotana estaba esparcida e diferentes lugares y oficinas públicas. En 1933 el secretario del Concejo de Bogotá, Abel Botero, dirigió al alcalde una petición en la que maifestó su deseo de que los documentos de la administración (o algunos de los más importantes) pasaran a la Academia Colombiana de Historia. Aunque la sugerencia no fue tomada en cuenta, aquel mismo año se organizó la primera Biblioteca Municipal de Bogotá, y allí fue a parar la documentación oficial. ( Registro Municipal, 1934:23). 

Desde entonces y por más de 60 años, la falta de normas y criterios claros para el manejo de documentos supusieron un impacto importante: la desorganización administrativa, el saqueo, la incuria oficial, la penuria fiscal, la corrupción, incendios, terremotos, etc., conllevaron la perdida de gran parte de la memoria institucional de la ciudad. Sin embargo, en 1997, durante su asistencia en un acto cultural programado por el Archivo General de la Nación (AGN), el alcalde mayor de Bogotá, Antanas Mockus Sivickas, fue enterado acerca del mal estado en que se encontraban los archivos públicos y el atraso de la gestión documental en el Distrito Capital.

De inmediato, el alcalde Mockus delegó a dos asesores que se dieron a la tarea de levantar un prediagnóstico, que efectivamente evidenció en el Distrito el estado de abandono de casi toda la documentación, la falta de edificios con las condiciones mínimas para el almacenamiento y el servicio de los documentos, la carencia de un archivo general e histórico, la poca profesionalización existente del personal a cargo del manejo directo de los archivos y el volumen gigantesco de documentos por salvar de su destrucción o arbitraria eliminación. 

La Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá, asumió entonces la atención, gestión y administración de los recursos económicos y la legalización del proceso que debía conducir a la solución final del problema por medio de la implantación de una correcta gestión documental en la administración distrital. Así las cosas, el Archivo de Bogotá se lanzó el 6 de agosto de 2003 durante el segundo gobierno del alcalde Antanas Mockus Sivickas.

Verde y blanco, el color insignia del barrio Santa Bárbara en los años 90

Iglesia Santa Bárbara

La iglesia de Santa Bárbara se encuentra localizada en la carrera 7ª nº 5-26 en la ciudad de Bogotá, D.C. La parroquia pertenece a la Arquidiócesis Metropolitana de Bogotá; actualmente, la Arquidiócesis está conformada por 237 parroquias agrupadas en 35 arciprestazgos que a su vez se congregan en cinco zonas pastorales. La Parroquia de Santa Bárbara se encuentra en la Zona Pastoral Episcopal Inmaculada Concepción, en el Arciprestazgo nº 1, junto con las parroquias de Nuestra Señora de las Nieves, San Victorino, San Pablo (la Veracruz), las Angustias, San Diego, las Aguas y la Catedral Primada.

Es importante destacar que la talla en madera de la Iglesia Santa Bárbara, labrada por el andaluz Pedro Laboria está en la nave principal enriquecida con lienzos de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, junto a un óleo de Santa Brígida y valiosas tallas en madera, al lado de muchas otras obras de arte. Estas joyas fueron víctimas del saqueo en los años setenta del siglo XX. Además, ante los problemas estructurales que comenzó a presentar la cubierta de la iglesia y la amenaza de desplomarse, las obras de arte sobrevivientes fueron entregadas al taller de restauración del Banco de la República. Tras su intervención, algunas fueron depositadas en el Museo de Arte Religioso y las demás en el Arzobispado de Bogotá con el compromiso de que regresen a su lugar de origen una vez existan suficientes condiciones de seguridad12. También se conservan las pinturas murales de la nave original que son testimonio de la presencia indígena en el lugar.

¿Cómo era el campanario de la Iglesia de Santa Bárbara?

En 1925, siendo párroco don Rafael Camargo, fue reformado el campanario; tiempo después su torre sirvió de parapeto a los francotiradores en los hechos del 9 de abril de 1948 tras los cuales resultó averiada por un cañonaso del ejercito para neutralizar a los francotiradores. Por lo que tuvo que ser demolida. En 1958 el párroco José del Carmen Rodríguez gestionó el reemplazo de la torre por una espadaña esquinera semejante a la que tuvo en el período colonial. Esta reforma también tuvo que ser demolida por los problemas que presentó la cubierta de la iglesia. La construcción que conocemos en la actualidad se caracteriza por la sobriedad exterior que contrasta con su riqueza en la decoración interior. Esta iglesia albergó sesenta y nueve piezas entre esculturas y pinturas de los siglos XVII y XVIII que hacen parte del patrimonio artístico colombiano. Entre sus tesoros artísticos se destacaban el retablo mayor de madera dorada con laminilla de oro, con labrado barroco, dos lienzos de Baltasar de Vargas Figueroa sobre el martirio de Santa Bárbara, que adornaban los muros laterales del presbiterio.