En un informe de la Dirección de Instrucción Pública, dirigido al Concejo Municipal el 31 de mayo de 1912, se decía que “la adaptación de locales para el funcionamiento regular de las escuelas primarias ha sido, y constituye todavía, uno de los problemas de solución más difícil y que ofrece continuo estorbo y tropiezo para los empleados encargados de esa labor (…) de aquí que la escuela no sea todavía entre nosotros aquel lugar recreativo a donde el niño acude con regularidad y movido por espontaneo anhelo y que, por consiguiente, merezca todo el aplauso el propósito que abriga ese honorable Concejo de edifica locales con destino especial a este servicio público” 19.
En este sentido, el cambio educativo no se centraba únicamente en los aspectos metodológicos de la enseñanza; era necesario dotar al alumno de un ambiente agradable de estudio con espacios más acogedores e instalaciones que pudieran albergar cómodamente al estudiantado. Obviamente, las edificaciones de la época no ofrecían las garantías suficientes requeridas. Según las observaciones de la periodista Martha Renard, "hay escuelas que constituyen una vergüenza para la capital de la República. Se califica de criminal la actitud de las autoridades municipales. En Chapinero hay escuelas que no se encontrarán en el Caquetá ni en el Darién.20
Para solucionar esta problemática se emitió la Ordenanza No. 23 de 1916, mediante la cual se reglamentaron los aspectos más importantes en relación con las instalaciones escolares:
"Artículo 5. Estos edificios, serán construidos sobre planos levantados según los últimos modelos adaptados en Alemania, Estados Unidos o Suiza para las escuelas públicas de aquellos países, con las modificaciones adecuadas a la condición de nuestro Departamento, cuidando de que se les provea de jardines, baños, gimnasios y todas las comodidades que requieren la higiene y la educación física de los niños.
Artículo 6. Cada uno de los edificios construidos en Bogotá para el objeto indicado debe tener capacidad por lo menos para seiscientos alumnos, a fin de que pueda adoptarse en la dirección de las escuelas los métodos modernos [...]
Artículo 7. Los mencionados edificios serán provistos por cuenta del Departamento de los muebles necesarios para la comodidad de los alumnos y de los maestros y deberán ser hechos de acuerdo con las reglas aconsejadas por la pedagogía moderna.”21
Documento anexo al proyecto de acuerdo No.71 de 1944 “por el cual se concede un auxilio” (el municipio auxilia a la “Escuela Gratuita” con un lote o lotes de terreno para la construcción del edificio que ella proyecta y para los talleres, huertos y demás dependencias de la misma). Fondo Concejo de Bogotá, Caja 001.131, tomo 132, folios 428-433.
La “Escuela Gratuita” era una institución que cooperaba en el plan de instrucción primaria y orientación profesional de los niños pobres adoptado por el Gobierno Municipal y suministraba a sus alumnos alimentación y vestido, dando acogida hasta 1.500 niños. La escuela funcionaba en el barrio Restrepo, carrera 17 sur No. 16-30, donde para el año 1944 daba instrucción a más de 150 niños.
Uno de los avances destacados en esta gestión fue la orden de edificar "dos soberbios" edificios para Institutos Pedagógicos, en terrenos cedidos por el municipio, uno para varones y otro para señoritas. Se congratulan porque "de allí saldrán maestros de ambos sexos con una educación esmerada y suficiente instrucción en los métodos pedagógicos modernos; para servir la instrucción primaria en toda la República”.22
Estas iniciativas de la Administración Municipal estaban conectadas con hechos de importancia académica como la celebración, en 1917, del Congreso Pedagógico. Mientras la Nación aportaba a la formación de profesores normalistas que cubrieran las necesidades de profesorado, el municipio preparaba la construcción de edificios para su formación; pero también construía sus primeras sedes para escuelas permanentes de primaria.
Una de las primeras escuelas municipales de todas cuantas se edificaron en estos tiempos fue la Escuela Municipal del Barrio de las Nieves o Escuela Pública República Argentina, con diseños a cargo de los arquitectos Julio C. Vergara y Vergara y Alberto Manrique Martín, planos elaborados en 1914 y en 1917, y construcción de Alberto Manrique Martín, terminada en 1918.23 Fue inaugurada el 30 de junio de 1918. Tenía dos pisos y se consideró que "estaba a la altura de las mejores de los Estados Unidos" pues tenía como dotación un gabinete de dentistería, droguería, baños "para el aseo diario de los que frecuentan sus aulas y muchas otras comodidades desconocidas hasta ahora entre nosotros para edificios de esta naturaleza"24
La Escuela de San Bernardo de las Cruces en principio funcionaba como una escuela de iniciativa de Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, el primer arzobispo de Bogotá, quien la concibió como un medio para la educación de los hijos de los obreros. Allí, en 1901, en un predio, empezó la institución en condiciones muy estrechas. Con los años se deterioró aún más su condición y por ello presentaba graves deficiencias en cuanto a la planta física, los docentes y los métodos de educación.
Con el paso de los años la municipalidad decidió invertir en su mejoramiento, construyendo un "amplio y elegante" edificio cuya culminación ocurrió en el año 1917, cuando abrió sus puertas para la orientación a 82 hijos de obreros del sector de Las Cruces. Relatos de la época cuentan que, “los salones son espaciosos y bien ventilados; todos los servicios han sido organizados conforme a las prescripciones de la higiene y el confort urbano. Una hermosa capilla ocupa el centro del edificio, vastos prados y huertas la rodean, contribuyendo a darle un espacio de alegría y de elegancia." El edificio contaba con una sección destinada a la enseñanza primaria, con capacidad para 200 niños.25
En la segunda década del siglo XX, continuó el crecimiento acelerado de Bogotá, iniciado en la primera década. Por estos años se inauguró la Avenida Chile y numerosos colegios y universidades empezaron a abandonar el casco colonial, trasladándose a edificaciones modernas.
El plano de Bogotá futuro se elaboró en 1923 bajo la dirección del Concejo Municipal, contemplando el crecimiento de hasta cuatro veces el tamaño de la ciudad de estos años. Crecimiento que se comenzó a observar con la proliferación de los "barrios obreros", surgidos en condiciones higiénicas muy precarias. También apareció en Bogotá el boxeo como diversión novedosa, el cinematógrafo conquistó un espacio definitivo como la diversión, los estudiantes realizaron carnavales y las mujeres empezaron a tener presencia en todos los órdenes de la vida cotidiana bogotana.
En la clase trabajadora aparecieron costureras, lavanderas y planchadoras que salieron del recinto doméstico a ejercer sus oficios. Otros grupos de mujeres solicitaron a la administración municipal entrada a las aulas universitarias, los cafés se volvieron sitios de reunión y tertulia de hombres, compitiendo exitosamente con las chicherías.26