Cuatro cartillas, que por generaciones, motivaron y enseñaron a leer en el siglo XX

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Cuatro cartillas, que por generaciones, motivaron y enseñaron a leer en el siglo XX

Por: mllaiton
Publicado el: Abril 2021
Niño y niña leyendo
En el Día del Idioma, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor y Día de la Lengua Española recordamos con alegría y nostalgia los textos con los que colombianos y latinoamericanos aprendimos a leer y a escribir.

Por Lorena Laiton, Profesional Universitaria, Dirección Distrital Archivo de Bogotá.

Cuando leer y escribir se convertía cada vez más en una necesidad, diferentes autores latinoamericanos se dieron a la tarea de crear textos con nuevos conceptos y metodologías más llamativas, que facilitarían la enseñanza y el aprendizaje del idioma español: Cartilla Charry, La Alegría de Leer, Coquito y Nacho Lee. ¿Con cuál aprendió a leer usted?

Cartilla Charry

La Cartilla Charry surgió en las primeras décadas del siglo XX (1917) su autor Justo V. Charry (colombiano) tuvo como fin superar los métodos tradicionales y se convertiría en otro emblema nacional en la educación del país utilizando las palabras comunes como base de conocimiento.[1

Justo Víctor Charry, estudió en La Normal Estatal de Institutores de Neiva. Fue un alumno sobresaliente y también inquieto por la pedagogía y por innovar los métodos de enseñanza de las primeras letras en las escuelas.

El texto tenía como título “Enseñanza Simultánea de Lectura y Escritura”, que se popularizó como Cartilla Charry. Justo presentó la cartilla a un concurso en 1918 compitiendo con trabajos extranjeros y fue seleccionado como texto de lectura y aprendizaje de buena escritura en todas las escuelas del país.

La Cartilla Charry es reconocida por connotados pedagogos y académicos como la primera obra que trasciende de la enseñanza por el método del “silabeo” y el “sonideo” para proponer el de las “palabras normales”, que revolucionó en su época la enseñanza de la lectura y la escritura simultáneas y perduró por varias décadas.

La hija del autor, Cecilia Charry Lara reformó los textos de la cartilla, conservando su estructura pedagógica esencial y las constantes actualizaciones la mantienen circulando aún en algunas escuelas. Son dos tomos, una para aprender a leer y escribir con ejercicios para la escritura y la “buena letra”. Y un segundo libro para aprender la lectura comprensiva. Son textos bastante avanzados para la época en que fueron escritos. La cartilla cumplió cien años de su primera publicación en 2017.

La Alegría de Leer

Alegría de Leer, Se trata de un método de aprendizaje de lectura que supera el método de silabeo y de sonido, utilizadas en las cartillas de Baquero y de Charry. Muchos son los maestros que optaron por este método de lectura, por contener la virtud de entender las palabras con normalidad y claridad.

Su autor, Juan Evangelista Quitana (de Cartago, Valle) produjo la cartilla Alegría de Leer en 1930, año que marca la aparición en el país del concepto de nueva escuela racional, es decir movida por la razón: dice más la razón al niño, que una palabra, tal como lo entendió el educador Quintana.

Lo relevante de la cartilla radica en que utiliza lo bueno de todos los otros métodos y los pone en beneficio de los maestros y estudiantes. Buscaba que el niño asociara mayor número de palabras además de las conocidas y ampliara su vocabulario permitiendo un proceso de lectura y escritura más avanzado, consintiendo este desarrollo dentro de la escuela nueva.

La cartilla le apuesta a desarrollar las capacidades mentales del niño, la creatividad del maestro, lo que facilita obtener en poco tiempo un dominio integral de palabras, sílabas y letras. El texto fue ampliamente difundido desde su publicación en 1930 por el Ministerio de la Instrucción de la educación en cantidades superiores a 150 mil ejemplares, lo que para la época era un éxito editorial.

En Alegría de Leer se establece la diferencia entre la escritura y la caligrafía, pero deja claro que la escritura se enseña bajo el método Palmer. En la cartilla se explican las instrucciones para la escritura: la manera de tomar el lápiz, colocar el cuaderno, poner el cuerpo, deben ser muy sencillas. El tamaño de la letra será igual al de los renglones que se usan en los cuadernos corrientes de ejercicios, y se deberá escribir dentro del renglón.[2]

Coquito

El creador de Coquito, Everardo Zapata Santillana, es natural de Cocachacra, un distrito de la provincia de Islay, en la región de Arequipa, en el Perú. Nació el 15 de agosto de 1926 y, gracias al apoyo de su padre agricultor y su madre costurera, se formó como docente en el Instituto Superior San Juan Bautista de La Salle. A los 20 años ya había iniciado su carrera magisterial.[3] Su primer reto fue crear una escuela en el distrito de Punta de Bombón, tras disposición del gobierno de José Luis Bustamante y Rivero (Presidente del Perú entre 1945 – 1948). Recuerda que juntó a los niños que jugaban en la calle y con todos los que habían cumplido siete años formó el primer grado. Fueron 26 infantes a quienes debió enseñar a leer y escribir.

La cartilla Coquito cumplió 65 años. La primera edición de este manual de lectura se publicó en abril de 1955, en la ciudad de Arequipa, Perú. El autor tardó más de siete años en diseñar el libro, cuando lo tuvo listo, mandó a imprimir 5.000 ejemplares, los cuales se agotaron rápido. Volvió a imprimir 5.000 más y luego 2.000. Actualmente, se imprimen más de medio millón al año.

El libro se creó por la preocupación del autor de darles a los niños una herramienta de aprendizaje más sencilla que los métodos americanos y franceses que se usaban en el momento y que al final solo un 10% de la clase asimilaba. Él quiso un libro para enseñar a leer, escribir y pensar.

La cartilla llegó a Colombia en los años 70 y con ella cerca de treinta y cinco millones de niños aprendimos a leer en Latinoamérica, el Caribe y España. Coquito se posicionaría en Colombia durante tres décadas, con estructuras más llamativas que incluía dibujos, colores y la forma de pronunciar las palabras; además de presentar lecturas, trabalenguas y canciones en las diferentes presentaciones de letra (cursiva e imprenta) y cambiando su formato de acuerdo a las necesidades de enseñanza y evolución del niño.[4]

El libro se iba a llamar “Puesta de Sol” o “La Tarde”, pero él soñó con un niño muy divertido y travieso “Coquito” y nombró así la cartilla. Ahora el Profesor Zapata sigue trabajando con su hija Ruth, también profesora, produciendo otros textos de ayuda en el aprendizaje de la lectura como el ABC de Coquito, Prelectura Coquito, Diccionario Coquito, entre otros.

Nacho Lee

La cartilla Nacho Lee “surgió como una necesidad más que de una inspiración” dijo su autor Melanio Hernández en una entrevista.[5] El profesor Hernández nació en Bejucal de Monseñor Noel cerca de Villa Altagracia, donde ahora vive atendiendo una pequeña librería en República Dominicana. Llegó a Villa Altagracia en 1946 como maestro y permaneció enseñando hasta el año 2000.

En 1963 se introdujo un manual para alfabetizar llamado “Por el mundo del cuento y la aventura”, constaba de tres tomos solo para primer grado: 1 tomo de alfabetización y los otros dos de reforzamiento.

En esta época el profesor Hernández trabajaba en la Secretaría de Educación y estaba coordinando una reforma en el sector con varios especialistas. De allí surgió la idea de elaborar un libro más sencillo. Debía tener una letra script como se le llama a la letra impresa, para facilitar la lectura.

Constaba de 80 páginas con todas las combinaciones silábicas para poder aprender a dominar la lengua como “mi mamá me mima” una de las frases más conocida por todos. Por su sencillez y la facilidad de aprendizaje, los maestros de primer grado la usaron con mucho éxito y tuvo una muy amplia difusión.

Se crearon otras partes de reforzamiento como “Nacho Lee” y “Nacho escribe”. Y tomó los nombres de los países donde se fue distribuyendo como “Nacho Hondureño” “Nacho en Perú”, entre otros. Nacho se editó por primera vez en Colombia en 1973.

Así fue como aprendieron a leer y a escribir nuestros padres, abuelos, bisabuelos y muchos de nosotros y nosotras, a quienes invitamos a realizar un viaje por nuestra primaria, a la aventura de las primeras letras, al recuerdo de la infancia y de la memoria de nuestros antecesores, a través de la exposición virtual y permanente ‘La Alegría de Leer’: http://archivobogota.secretariageneral.gov.co/laalegriadeleer

¡ Feliz Día del Idioma!

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[1] https://pensandolaescuela.wordpress.com/2015/09/20/coquito-paco-nacho-y-...

[2] http://renovacionsindical.org/antioquia/las-cartillas-inolvidables

[3] https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/origen-del-libro-coquit...

[4].https://pensandolaescuela.wordpress.com/2015/09/20/coquito-paco-nacho-y-...

[5] https://www.youtube.com/watch?v=UbEBG0w5eOk&feature=emb_rel_end