El primer acueducto de hierro

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El primer acueducto de hierro

Por: jstorres
Publicado el: Abril 2020
En 1888, gracias a los empresarios Ramón Jimeno y Antonio Martínez de la Cuadra se inauguró en Bogotá el primer acueducto con tubería de hierro.

Por Luis Enrique Rodríguez B. - Investigador Archivo de Bogotá

En julio del año 1886, la compañía de los empresarios Ramón B. Jimeno y Antonio Martínez suscribió un contrato con la municipalidad para construir de su cuenta un acueducto con tubería de hierro y usufructuar sus cobros por setenta años por el suministro de agua para Bogotá y Chapinero. El contrato consistió en que el municipio cedió a la empresa todos los derechos sobre las corrientes de agua, la eximió del pago de impuestos y se reservó la autoridad para inspeccionar el funcionamiento del servicio y la posibilidad de revertir el derecho mediante el pago de una suma de dinero que se estableció en el contrato de administración firmado. A su vez, la compañía se comprometía a suministrar de forma gratuita el agua para las pilas y chorros de la ciudad y Chapinero.[1] 

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Ramón B. Jiméno - Fondo Acueducto Archivo de Bogotá

El servicio de agua se inauguró oficialmente en el año 1888, cuando la empresa culminó la instalación de las tuberías de hierro en las calles 11 y 9, ofreciendo agua a presión para algunas casas particulares y agua para las fuentes públicas. Sin embargo, las quejas de la ciudad sobre el servicio fueron constantes a lo que la Jimeno alegaba causas fuera de su alcance para no poder surtir del líquido a toda la ciudad: una era el verano, otra era la deforestación de los cerros orientales de la ciudad que influía en la escasez del agua y una tercera se relacionaba con el aumento de la población, siendo evidente que los afluentes tradicionales (los ríos San Francisco y San Agustín) no eran suficientes para surtir a toda la ciudad. Y volvieron sobre la idea, expuesta en el siglo XVII, según la cual el agua para la ciudad debía sacarse del río Fucha y del Tunjuelo a través de una tubería de hierro, con lo cual se esperaba aumentar la capacidad de surtir al doble o al triple de la población atendida hasta ese momento.[2] 

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Fondo Acueducto Archivo de Bogotá

A pesar de los estudios realizados, en 1910, era evidente que había unos pocos privilegiados que recibían el suministro de agua, pero en general la población aún sufría su escasez y cada vez se hacía más palpable el rezago de las tuberías de la compañía comparado con el aumento de la población de la ciudad, que ese año ya superaba los cien mil habitantes. Aunado a ello, el deterioro de las condiciones higiénicas del líquido, comprobado a partir de los estudios que realizó el Laboratorio Municipal, y que señalaban que el 15% de las muertes ocurridas en la ciudad entre 1905 y 1910 eran atribuibles a enfermedades originadas en el consumo del agua de la ciudad que, además, contaba con una permanente contaminación.[3] 

Unos años más adelante, el Acuerdo 1 de 1912, aprobatorio del contrato de compra-venta de la Empresa de Acueducto, y posteriormente la Ordenanza N° 42 de 1913 de la Asamblea de Cundinamarca, definieron aspectos importantes que apoyaron la creación, en 1914, del Acueducto Municipal de Bogotá. El Acuerdo 1 de 1912 fijó el precio de la transacción en trescientos mil pesos oro inglés, el cual comprendía los bienes muebles e inmuebles, obras, privilegios, exenciones, planos y todas sus anexidades y accesorios.

Acueducto 4 -Caricatura sobre el acueducto de la ciudad- Alfredo Greñas el Zancudo 1891.jpg

En cuanto a la injerencia del Gobierno nacional en la etapa de municipalización de esta como otras entidades de servicios básicos, la Ley 4 de 1913, determinó entre otros aspectos, las atribuciones de los concejos municipales sobre la administración de tales empresas mediante Juntas Administradoras. El artículo 19 de esta norma indicó explícitamente que una de las funciones de las corporaciones municipales consistiría en: Crear juntas para la administración de determinados ramos del servicio público, cuando lo juzgue conveniente, y reglamentar sus atribuciones. 

 Por su parte, la ordenanza en mención dictó medidas importantes en torno a la forma en que las empresas públicas de carácter comercial o industrial debían ser administradas. El acto registra elementos de la organización de tales entidades, las cuales debían contar con un gerente o administrador, un tesorero y un revisor Fiscal.

Así mismo indica aspectos del manejo contable, del registro de la ordenación de los gastos y hace mención al código bajo el cual debían regirse las operaciones financieras de tales entidades, en este caso, el Código de Comercio.[4] El trámite se demoraría hasta el arreglo final sucedido en 1914, cuando la municipalidad decidió hacerse cargo definitivamente del mantenimiento y suministro de agua para la ciudad.[5] 

 


 

[1] Escobar, Alberto, et. al., Atlas Histórico de Bogotá, 1538 - 1910, Bogotá, Planeta, La Candelaria, 2004, pág. 270

[2] Escobar, Alberto, et. al., Atlas Histórico de Bogotá, 1538 - 1910, Bogotá, Planeta, La Candelaria, 2004, pág. 270.

[3] Escobar, Alberto, et. al., Atlas Histórico de Bogotá, 1538 - 1910, Bogotá, Planeta, La Candelaria, 2004, pág. 271.

[4] Jaramillo Giraldo, José Manuel. Historia Institucional de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, EAAB-ESP: 1914 - 2003. Bogotá, Archivo de Bogotá, 2006, págs. 27-28.

[5] Escobar, Alberto, et. al., Atlas Histórico de Bogotá, 1538 - 1910, Bogotá, Planeta, La Candelaria, 2004, pág. 271.