Por Solange Maritza Pachón Zorro. Profesional Especializada. Dirección Distrital de Archivo de Bogotá.
En el marco del mes del patrimonio, el Archivo de Bogotá recibió con orgullo la Colección Gloria Ferro Vela, la primera mujer arquitecta en realizar una donación documental.
La colección fue entregada por Catalina Arévalo Ferro, hija y única heredera de la arquitecta, quien manifestó su interés en poner al servicio del público una documentación que hasta ahora había sido consultada de forma privada por estudiantes y colegas cercanos al Taller Estudio de Arquitectos, fundado por Gloria Ferro.
El Equipo Interdisciplinario de Valoración del Archivo de Bogotá aprobó el ingreso de la colección, destacando:
"[...] esta colección resulta ser de interés para el Archivo de Bogotá, por considerarse documentación de patrimonio cultural. En esta colección, encontramos información de la vida y obra de una mujer que, desde la arquitectura, el urbanismo y la academia, transgredió los cánones de su época (1970-2009), introduciendo a la arquitectura y al urbanismo nociones que van más allá de lo estético, y donde el uso social del espacio y sus dinámicas colectivas y culturales, fueron leídas por la arquitecta. [...] Su condición de mujer en una profesión dominada por hombres le da una importancia aún mayor a la Colección y cobra relevancia para las investigaciones de género [...]"
La colección incluye documentos textuales, planos, fotografías, bocetos, diseños y material audiovisual, que dan cuenta de una trayectoria profesional marcada por la innovación, el compromiso social y la visión crítica del urbanismo.
El urbanismo con enfoque social, como lo desarrolló Gloria Ferro, propone una mirada crítica y humanista sobre la ciudad, en la que el diseño urbano no se limita a lo estético o funcional, sino que se convierte en una herramienta para comprender y transformar las dinámicas sociales, culturales y económicas del territorio.
A través de sus investigaciones y proyectos, Ferro abordó temas como la marginalidad, la pobreza en los asentamientos urbanos, la movilidad y el uso del espacio público, proponiendo soluciones que integran las necesidades reales de las comunidades.
Su teoría del “borde de lo marginal” plantea una lectura sensible del entorno urbano, reconociendo los lugares donde se entrecruzan las tensiones sociales y proponiendo alternativas que dignifican el habitar.
Este enfoque, pionero en su época, sigue siendo vigente y esencial para pensar ciudades más inclusivas, equitativas y sostenibles.
El Archivo de Bogotá celebra esta incorporación como un aporte invaluable a la memoria urbana de la ciudad y como un reconocimiento al legado de una mujer que abrió camino en un campo históricamente dominado por hombres, dejando huella en la arquitectura, la academia y la planificación urbana.