Con la llegada del siglo XX, Bogotá comenzó a mostrar
una gran transformación. De una población que no superaba los 20.000 habitantes en
1810, pasó a 100.000 habitantes en 1910, con un crecimiento marcado en la última
década del siglo XIX debido al éxodo campesino producto de los fuertes enfrentamientos
en las zonas rurales como consecuencia de la Guerra de los Mil Días. Con este crecimiento, Bogotá se convierte en una fuente de empleo para todo aquel que
llegara a la ciudad y empiezan a darse muestras de los adelantos industriales que
surgen con la modernidad. A principios del siglo XX, en 1905, llega la energía eléctrica,
motor de la industrialización que recién comenzaba a desarrollarse en la ciudad. Ya
desde finales del siglo XIX existían algunas fábricas, entre ellas, Chocolates Chávez y
Equitativa, la fábrica de Loza Faenza, la fábrica de Cementos Samper, la fábrica de
Vidrios Fenicia, y las fábricas de cerveza Germania y Bavaria, entre otras, que generaban
empleo y nuevos productos para la ciudad.