Por: María Eugenia Hernández Carvajal
Antropóloga, Historiadora del Archivo de Bogotá.
Con el paso del tiempo somos conscientes de cómo las fechas de navidad y año nuevo han marcado muy buena parte de nuestra vida. Esos recuerdos, así como las diferentes formas de celebrar, con una carga simbólica tan fuerte, se van convirtiendo en patrimonio de la familia, la sociedad y la ciudad.
La casa se prepara para estos días con decoraciones especiales marcadas por la combinación tradicional del rojo y verde. El árbol cargado de frutas de vidrio soplado, el pesebre, una invención de San Francisco de Asís, y por supuesto las luces que titilan haciendo brillar las noches. La ciudad se adorna con muchas luces de colores que invitan a sus habitantes a recorrer sus calles para contagiarse de este ambiente. Se reviven las tradiciones gastronómicas para estos tiempos: los buñuelos, la natilla, el olor de la canela de los dulces navideños y los platos de las cenas. Hay un despertar de solidaridad y deseo de compartir en el que hasta el espíritu más hermético se conmueve, como nos relata Charles Dickens en su “Cuento de Navidad”.
El Archivo de Bogotá conmemora con todos la llegada de estas fechas haciendo remembranza de ellas en diferentes conversatorios en los que hablaremos de la “Navidad más cerca de las estrellas”; “Festejos populares” y “Retratos de ciudad”, a través de las imágenes del “Álbum familiar” y las captadas por el lente de Vicky Ospina, y, como no, de la “Música de diciembre”, que trae en el aire el ritmo característico de estas épocas.
Hacemos la invitación a revivir éstas memorias llevadas a sus casas por el Archivo de Bogotá; además de los conversatorios, con notas en la página web y publicaciones en las redes sociales. También es un llamado a la reflexión, a proteger la vida y la salud de nuestras familias para conservar la confianza de que vendrán tiempos mejores.