Archivo de Bogotá Secretaría General - Alcaldía Mayor de Bogotá

Por Stephanía Pinzón Hernández.

Durante la colonia la capital contó con menos de diez puentes, situación que no mejoró mucho después de la independencia, pues resultado de las guerras civiles, el país atravesaba una fuerte crisis económica que se veía reflejada en la ausencia de las obras necesarias para mejorar la movilidad de la ciudad. Ya a finales del siglo XIX se reactivó la construcción de puentes mediante figuras similares a “alianzas público-privadas”.

Cada puente nuevo y el mantenimiento de los mismos se convirtió en noticia en su momento; es por ello que mediante un falso reportaje sobre un hecho real, la construcción del puente Rafael Nuñez, se da cuenta del proceso y los problemas de la época, que a pesar del tiempo y de las condiciones, no han sido plenamente solucionados.

Bogotá, marzo de 1887. Después de siete meses de espera, la ciudad estrena un nuevo puente sobre el río San Francisco. La noticia sobre su construcción fue anunciada a través del diario El Registro Municipal, el pasado 27 de agosto de 1886, con la firma de un contrato entre Bogotá en cabeza del alcalde Higinio Cualla y el señor Jorge Simpson.

El puente se encuentra ubicado en la carrera 6 al Occidente y la calle 2 al Sur -antigua calle de Cartagena- y ya es conocido como el puente Núñez por su inscripción.

De acuerdo al contrato publicado, el puente tiene las siguientes especificaciones:

“el ancho del puente será para el pasaje ancho de la Calle 2.a al Sur ; irá cimentado hasta encontrar terreno firme para asentar la primera hilada de piedra de cepa, dando á los cimientos tres metros de ancho hasta el nivel del agua ; de éste, hasta el arranque del arco será de piedra de sillar : tendrá de altura sobre el nivel del agua tres metros; el arco ó bóveda tendrá setenta centímetros de espesor y será de ladrillo de muy buena calidad ; cada estribo llevará sus correspondientes aletas de tres metros de longitud ; y su aleta que recibe la alcantarilla de la Calle 2.a al Sur, se construirá de modo que sirva de defensa a á dicha alcantarilla, en las avenidas del río ; el puente llevará barandas de hierro ó de ladrillo prensado con esta inscripción:

" La Municipalidad de Bogotá, al Dr. Rafael Núñez, 28 de septiembre de 1886."

Simpson combinará en cuanto sea posible el nivel de las dos citadas calles con el piso del puente, que será empedrado y de modo que puedan pasar con facilidad vehículos de rueda de todas clases”.

Hasta la fecha se completa un total de 15 puentes sobre el río San Francisco, también llamado Vicachá, lo que mejora en definitiva la conexión norte-sur en este tramo de la capital. Sin embargo, sigue siendo preocupante todo lo relacionado con su mantenimiento, pues como resultado de la escasez de recursos, los puentes en los últimos años se han deteriorado, como señala el informe de don José Ramón Peña el pasado 2 de noviembre de 1885 para los puentes Del Carmen y Colón:

“Habiendo tenido el honor de ser comisionado por usted para ver en qué consiste el daño del puente del Carmen, me asocié al señor Arquitecto nacional y con él hice la inspección de los daños, los que consisten en la pérdida del pavimento del puente en el lecho del río, lo que ocasiona que estén falseados los estribos y también parte de la muralla. (...) También me trasladé por el mismo motivo al puente de Colón, con el señor Ricardo Liévano, y hallamos que el daño del puente consiste en el derrumbe de la aleta occidental. El puente no peligra (...)".

Hasta la fecha, la ciudad cuenta con los siguientes puentes:

Hablamos con el alcalde don Higinio Cualla sobre este aspecto de la infraestructura, en términos de mantenimiento y ampliación de cobertura y esto fue lo que nos dijo:

“En Bogotá tenemos cuatro ríos: el San Francisco o Vicachá, San Agustín o Manzanares, Arzobispo y Fucha.Además ocho arroyos y quebradas: del Hoyo del Venado, la de Guadalupe, la de San Bruno, la de Mi Padre Jesús, la del Zanjón, la del Aserrío, la del Teñidero y la del Soche. Lo que hace que las condiciones de infraestructura no sean las mejores, a eso hay que sumarle otras variables, el problema de la higiene, pues como usted bien sabe, todo tipos de desechos son arrojados a los cuerpos de agua y se convierten en focos de infección, aprovecho para hacer una cuña: en el mes de diciembre firmaremos un contrato para tener un acueducto de hierro en la ciudad.

Por otra parte, el país no se encuentra en la mejor situación económica, estamos en una crisis fiscal resultado de las guerras civiles y no hemos logrado una articulación efectiva con el mercado mundial, lo que se refleja en muy bajos recursos para la municipalidad y en el hecho de que algunos señores paguen de su bolsillo las mejoras que requiere Bogotá. Sin embargo, para los próximos 13 años, tenemos prevista la construcción de otros puentes, uno en el Paseo Bolívar, otro en la Carrera 1 con Calle 21, en la Calle 13 con Carrera 6 también; adecuar el de Aguas, el de Arrubla, el Caldas, el puente Los Micos.

Sabemos que estas obras son urgentes y estamos haciendo todo lo posible para sacarlas adelante”.

Así entonces, el presidente Núñez no solamente estrena cargo, también un puente con su nombre en la capital del país.

Bibliografía

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Registro Municipal. Órgano Oficial del Distrito. (1885). Contrato para construcción de un puente sobre el río San Francisco, p. 292.

Registro Municipal. Órgano Oficial del Distrito. (1886). Informe del comisionado para revisar los daños de los puentes El Carmen y Colón, p. 258.

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