Por Patricia Pecha Quimbay
La cercanía a las fuentes naturales de agua determinó el lugar de fundación de Santafé de Bogotá, cuyo núcleo de población tuvo como barreras naturales los ríos San Francisco y San Agustín. A finales del siglo XVI, los habitantes pudieron aprovisionarse de agua en la primera pila que tuvo la ciudad, gracias a la construcción de un canal que transportaba el líquido hasta la Plaza Mayor. Este sistema de pila de agua fue replicado en las plazuelas de San Francisco, San Victorino y Las Nieves. Desde 1695, el Cabildo de Santafé tuvo la propiedad y el dominio sobre el servicio del agua y estuvo en capacidad de otorgar mercedes a los predios y cobrar por su uso. El funcionamiento de estos sistemas de conducción dependía de las condiciones climáticas y estaba estrechamente relacionado con los problemas de aseo en la ciudad, pues era la lluvia, junto con los animales domésticos y las aves de rapiña, la encargada de limpiar las calles de la ciudad. Los tres acueductos que funcionaron durante el período colonial, denominados Aguavieja, Aguanueva y San Victorino, conducían el agua por acequias superficiales que llegaban a cajas de reparto y de allí a las pilas.
A comienzos del siglo XIX, la ruptura política con España marcó el inicio del proceso de consolidación de nuevas formas administrativas en la naciente República; para entonces, el abastecimiento de agua continuaba bajo el sistema colonial y presentaba dificultades derivadas del deterioro de la infraestructura y la insuficiente cobertura del servicio, que empeoraba por el aumento de la población. En busca de solución a estos problemas, a partir de 1848 el Cabildo cedió la administración del agua a compañías particulares con el propósito de garantizar y ampliar el abastecimiento a quienes contaban con mercedes de agua. Esta disposición fue reformada mediante el Acuerdo 11 de 1881, por el cual la Municipalidad de Bogotá creó la Junta del Ramo de Aguas, que tuvo a cargo la provisión de aguas limpias para el servicio de las fuentes públicas y privadas de la ciudad, la construcción de acueductos nuevos y la mejora y conservación de los existentes. Pocos años después, en 1886, la Municipalidad de Bogotá concedió a Ramón B. Jimeno y Antonio Martínez de la Cuadra el “privilegio exclusivo para establecer, usar y explotar en la ciudad, por el término de setenta años, acueductos servidos por tubería de hierro de capacidad suficiente y de la forma adecuada para suministrar agua potable a todos los habitantes”; también les cedió los acueductos públicos existentes junto con sus rentas, auxilios y subvenciones.
Esta nueva empresa de acueducto remplazó a la Junta en la administración del ramo de aguas y funcionó hasta comienzos del siglo XX, cuando un informe de la Oficina de Higiene y Salubridad declaró que las alcantarillas y el cauce de los ríos se habían convertido en “verdaderos depósitos de inmundicias y peligrosos focos de infección”. El sistema de abastecimiento de agua estaba en pésimas condiciones para 1914, cuando el Concejo de Bogotá autorizó a la administración municipal para que adquiriera la Empresa de Acueducto, buscando enfrentar la crisis sanitaria. Este fue el nacimiento del Acueducto Municipal de Bogotá, que se apropió del servicio de acueducto domiciliario de agua potable y orientó sus labores al cumplimiento de dos objetivos principales: sanear el agua ya servida y extender el servicio hacia las nuevas zonas habitadas. Desde entonces, se planeó la construcción de los estanques de Vitelma, al sur de la ciudad, y San Diego, al norte, interconectados con el de Chapinero, que contaban con pozos de decantación y filtros.
En 1924, la Empresa de Acueducto Municipal dejó de ser independiente y se convirtió, junto con el Tranvía, en un departamento de las Empresas Municipales de Bogotá, mediante el Acuerdo número 57 expedido por el Concejo. La entidad fue administrada de manera delegada y autónoma desde 1929 hasta 1955 por los bancos prestamistas de los créditos que habían permitido el ensanche de las redes de acueducto y tranvía. Durante este período, en respuesta a la necesidad de aumentar el caudal de las aguas para servir el sistema de acueducto, se promovió la creación de una planta de líquido con capacidad suficiente para todos los habitantes. Gracias a esta decisión, desde 1938 la ciudad contó con la planta de purificación de Vitelma.
La magnitud del crecimiento de la ciudad requirió proyectos cada vez más ambiciosos. Con la anexión de nuevos municipios a Bogotá, en 1954, crecieron los compromisos y el déficit en la prestación del servicio de acueducto. En 1955, el Consejo Administrativo de Bogotá aprobó el contrato celebrado entre el Distrito Especial y el Banco Central Hipotecario mediante el acuerdo 105, con el objetivo de reunir fondos para los ensanches del acueducto distrital. Por este mismo documento se conformó la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, establecimiento público del orden distrital dotado de personería jurídica, con el propósito de organizar los servicios de acueducto y alcantarillado en la ciudad. Bajo esta denominación permaneció la Empresa hasta 1995, año en que el Concejo de Bogotá, mediante el Acuerdo 6, cambió su naturaleza jurídica por empresa industrial y comercial prestadora de servicios públicos domiciliarios y modificó su nombre por Empresa de Acueducto y Alcantarillado –ESP-. En este proceso, se demostró la incidencia de la Constitución Política de 1991 en cuanto al objeto social de este tipo de entidades, así como la sujeción a la Ley de Servicios Públicos, al otorgar un margen de participación en las decisiones de la entidad a la ciudadanía a través de entes reguladores de las acciones de la empresa, como la Superintendencia de Servicios Públicos, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico y el control de auditorías externas a la entidad.
Los cambios administrativos adelantados por la Empresa a partir de 1955 obedecieron a las exigencias de modernización impuestas por las entidades de crédito, que buscaban contar con una entidad operativa y financieramente viable. Por otra parte, el funcionamiento de la entidad se orientó hacia la gestión comercial eficiente en torno a la relación con los usuarios, debido al aumento constante en los índices de crecimiento poblacional en la ciudad.
Historia archivística
Algunos de los documentos administrativos producidos por esta sucesión de empresas que se dio a partir de 1914 se encontraban dispersos en diferentes predios: en el Depósito la Diana, que contenía la información más rica históricamente, la documentación estaba en condiciones precarias de conservación; en el antiguo Colegio Ramón B. Jimeno, donde funcionó el Archivo Central de la entidad, se encontraban otros documentos importantes, como las Actas de Junta Directiva; en cuanto a la Planta de Vitelma, gracias a sus condiciones climáticas, los documentos producidos a partir de los años treinta se conservaron en buen estado.
Entre los años 2004 y 2009, la Dirección Administrativa de Servicios Generales, dependencia de la Gerencia Corporativa de Recursos Humanos, y que a su vez rige a la Oficina de Administración y Gestión Documental de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, coordinó con el Archivo de Bogotá las actividades de identificación de documentos, evaluación de sus condiciones físicas y determinación de criterios de valoración histórica. Como resultado de estas actividades, han sido realizadas ocho transferencias de documentación archivística al Archivo de Bogotá para su conservación permanente, que en total corresponden a 384 metros lineales de documentos textuales, 3.452 planos y 92 fotografías.
Contenido
El fondo está conformado por las siguientes agrupaciones documentales:
Actas de Junta Directiva: contiene información detallada sobre las decisiones que determinaron el manejo y la organización de la empresa entre 1914 y 1985.
Censos de Población: son documentos generados en el año 1949 que aportan datos sobre el consumo de agua en algunos barrios de la ciudad.
Correspondencia: está constituida por diversos temas, en los cuales se muestran los detalles y problemas específicos que han sustentado las decisiones tomadas por la empresa para su organización en distintos niveles. El contenido de los libros copiadores de correspondencia de los años 1914-1968 varía de acuerdo con la dependencia que los produjo (Gerencia, Instalaciones, Interventoría y Superintendencia).
Comprobantes de Egreso de Tesorería: producidos entre 1933 y 1942, estos documentos muestran la distribución del gasto en la entidad. La información que aportan se relaciona con datos sobre la expansión de la red y permite verificar algunas tendencias del crecimiento urbano en relación con la organización de la entidad y con rasgos del consumo.
Embalses: esta documentación corresponde al período 1933-1982 y registra información textual y gráfica sobre obras y estudios relativos a la provisión de agua y a las proyecciones relacionadas con el consumo del líquido.
Estadísticas: estas corresponden al período 1930-1985 e ilustran la evolución de las unidades de medición de la capacidad de cubrimiento de las redes en relación con datos demográficos y urbanísticos. En este grupo se encuentran estadísticas de obras, mantenimiento, servicio, instalaciones, consumo, plantas de purificación y conservación de redes.
Estudios técnicos y análisis sobre el agua: estos documentos reflejan cambios en las variables que determinaron el estudio sobre la capacidad de oferta de agua en la ciudad entre 1947 y 1984. Son referentes importantes para comprender aspectos del crecimiento urbano en relación con el proceso administrativo de las fuentes de agua por parte de la empresa y permiten ampliar información sobre cloruración, captación de agua, suelos, bosques y aguas residuales.
Hidrología: esta serie documental contiene lecturas limnigráficas, pluviográficas y climatológicas, producidas por el Departamento de Hidrología, encargado de estudiar el agua y sus manifestaciones en la atmósfera, encima y debajo de la superficie terrestre, y sus propiedades e interrelaciones con la naturaleza. También se encuentra dentro de esta documentación el registro diario de observaciones climatológicas de las estaciones de los ríos Blanco, Bogotá, Guatiquía, San Cristóbal, Teusacá, Tunjuelo, Fucha y Chochal.
Historia de estaciones hidrometeorológicas: se trata del registro histórico de la evolución de las estaciones que ha permitido y permite a la entidad conocer los datos de las condiciones meteorológicas que afectan en sus diferentes aspectos la disponibilidad de agua en la ciudad. En estos documentos, producidos entre 1928 y 1999, se indican el momento y el lugar en los que se determinó la creación de estaciones meteorológicas y los diferentes aparatos de medición ubicados allí, así como los cambios que estos han tenido en el tiempo, en términos de la forma y la frecuencia en que los mismos han registrado los datos hidrometeorológicos.
Importaciones y exportaciones: este grupo muestra aspectos de la relación con empresas extranjeras, en términos del manejo de recursos económicos y del tipo de tecnologías usadas a lo largo del tiempo.
Informes: generados entre los años 1916 y 1984, estos informes muestran el manejo técnico, los problemas y las soluciones en torno al sistema. Su valor radica en la información textual y gráfica que brindan sobre diferentes aspectos y fases de las obras realizadas en relación con los diferentes ejes funcionales de la empresa.
Libros contables: estos consolidan datos anuales de la gestión de la entidad para los años 1914-1965 en libros de balance general, y libros mayor y balance.
Manuales: documentación en la que se enuncian y reglamentan los parámetros de algunos procedimientos y funciones de la empresa entre los años 1966 y 1973.
Plantas de filtración: documentos que aportan información técnica relacionada con los procesos de purificación del agua en las diferentes plantas de la Empresa; datan de 1935 a 1985.
Proyectos: documentos producidos entre los años 1918 y 1986, que contienen los proyectos de la Comisión Municipal de Aguas, así como proyectos de hidrología, obras, plantas, redes, ríos y suministros. Esta información sobre el funcionamiento y desarrollo de las obras adelantadas por la Empresa se registra en formatos textuales y en planos de las obras.
Redes de distribución: esta agrupación documental se refiere a los programas de ensanche (Plan Maestro) de las redes de acueducto y alcantarillado. Muestra aspectos de la organización de la empresa ante el proceso de crecimiento de la ciudad, en relación con la demanda y el uso del agua por sectores urbanos.
Superintendencia Planta de Vitelma: se trata de información relativa al funcionamiento de las plantas de Vitelma y San Diego a lo largo del tiempo. Se destacan dentro de estos documentos los Diarios del laboratorio bacteriológico, que hacen énfasis en la importancia de Vitelma como la primera planta de tratamiento de agua en Bogotá. Estos registros muestran la manera en que se llevaba a cabo dicho procedimiento por parte de los laboratoristas e ingenieros encargados del mismo.
Fotografías: registran el desarrollo de las obras que conforman el suministro de agua de la ciudad. Los registros fotográficos identificados como actas de vecindad de los años 1965-2002 presentan diferentes lugares de la ciudad como calles, casas y zonas de uso público, entre otros, y fueron tomadas con la intención de registrar el impacto de las obras en diferentes momentos de su desarrollo.
Planos: en su mayoría son del período 1925-1950, y reflejan las etapas previas a la realización de las obras de distribución que vincularon la Planta de Vitelma con el crecimiento de la red de acueducto en sectores específicos de la ciudad. Otros representan las obras hechas y proyectadas para conformar el sistema de alcantarillado de la ciudad.
Alcance
Los documentos generados por esta entidad aportan datos para la historia de las fuentes de agua y del sistema ecológico que ha surtido del líquido a la ciudad, muestran el uso y los valores que adquirió el agua a través del tiempo e indican el proceso de transformación de una sociedad. Así mismo, llenan de contenido concepciones como la calidad de vida, la limpieza e higiene, y hacen referencia a las formas de usar el agua y a la organización que se ha producido alrededor de ella.
Los temas de investigación que se podrían adelantar a partir de los documentos generados por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado se relacionan con el proceso de clorificación del agua que contribuyó a contrarrestar los problemas de salud en la ciudad; la manera en que el servicio del acueducto ayudó a modificar los hábitos de uso del agua; los debates suscitados en torno al aumento de las tarifas del acueducto; las enfermedades de origen parasitario, bacteriano y viral relacionadas con el agua y la estructura que fue tomando la noción de servicio público. Por otra parte, los documentos permiten adelantar estudios en las áreas de la meteorología, en especial sobre los cambios atmosféricos, utilizando parámetros como la temperatura del aire, la humedad, la presión atmosférica, el viento o las precipitaciones, con el objetivo elaborar un pronóstico del tiempo a corto y mediano plazo.
Bibliografía
Alcaldía de Bogotá, Informe de la Alcaldía de Bogotá y demás oficinas sobre la administración del Municipio en el año de 1910. Bogotá, Imprenta de J. Casís, 1910.
Jaramillo, José Manuel. “Figuras, usos y valores del agua en Bogotá”. Revista Colombiana de Sociología” nº 20. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2003. p. 146-163.
Vargas Lesmes, Julián y Fabio Zambrano Pantoja, “Santa Fe y Bogotá: Evolución histórica y servicios públicos (1600-1957). En: Bogotá 450 años. Retos y realidades. Bogotá: Foro Nacional por Colombia, Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), 1988.