Por Bernardo Vasco
A finales de 1537 las tropas españolas entraron a la sabana y establecieron un campamento militar en lo que hoy es el Chorro de Quevedo, también conocido como Pueblo Viejo o Thybzaca. Un año más tarde, el 6 de agosto de 1538, Quesada hizo la fundación de facto de la ciudad, pero sin tener en cuenta las instrucciones de la Corona acerca de cómo debía establecerse un poblado y ello ocurrió en la plaza de las Yerbas, hoy Parque de Santander, sitio donde se hizo realmente la primera misa.
Posteriormente, el 22 de abril de 1539, se adelantó la fundación jurídica, en presencia de Sebastián de Belalcázar y Nicolás de Federmán, quienes entablaron un pleito por la posesión de estos territorios con el Quesada que se resolvió a favor de éste tras su viaje a España. Ahí sí, entonces, se designaron los sitios para la iglesia principal, la casa de gobierno, la prisión o cárcel, así como los solares para los primeros vecinos. Según dice Soledad Acosta de Samper, en su libro La mujer española en Santafé de Bogotá, de 1890, Quesada trajo los caballos, Federmán las gallinas y Belalcázar los cerdos.
Fuente: Ilustración del libro Historia de Bogotá Conquista y Colonia. Autor del libro: Juan Vargas Lesmes.
La idea de fundar una ciudad en el altiplano tampoco fue de Quesada sino de Belalcázar, según tesis del historiador Eduardo Posada publicada en su libro Narraciones, de 1906. “Quesada no pensó entonces en levantar una ciudad que llegase a ser populosa, sino levantar una especie de aduar (pequeñas tiendas de campaña, al estilo beduino) para pasar las horas de la conquista, y, sobre todo, a fin de dejarles sus casas libres a los pobres indios allá en Bacatá, y poner en sitio aparte su vivac” (campamento militar o refugio improvisado). El historiador insistía en que la propuesta fue Belalcázar, quien venía del Perú dejando un reguero de pueblos fundados porque, “no solo era un soldado audaz que derribaba con su brazo de atleta las nacionalidades indígenas, sino un hábil organizador que fundaba nuevos pueblos sobre los escombros de las tribus caídas”.
La fundación de Bogotá tuvo, entonces, dos momentos: uno de facto y otro jurídico. La fundación de facto se dio el 6 de agosto de 1538, cuando Gonzalo Jiménez de Quesada estableció un cuartel militar o campamento al que llamaron Nuestra Señora de la Esperanza, en lo que hoy es el Chorro de Quevedo. La fundación jurídica se dio siete meses y veintiún días más tarde, el 27 de abril de 1539, cuando se cumplió con la totalidad de los requisitos y procedimientos exigidos por las autoridades españolas para el establecimiento y reconocimiento de una ciudad, esto es el nombramiento de alcaldes y entrega de las correspondientes varas en señal de autoridad y jerarquía, la elección de regidores, la constitución del Cabildo, la demarcación de calles y cuadras, etc.
El documento más explícito encontrado hasta ahora, y que da fecha precisa de la fundación jurídica de la ciudad, con el nuevo nombre de Santafé, es el testimonio del capitán Honorato Vicente Bernal, acompañante de Nicolás de Federmán y testigo presencial de este acontecimiento. En una carta que le envió al teniente Pedro de Urzúa asegura que las tropas de Quesada llegaron a Bogotá en marzo de 1539 y que “a veintisiete de abril del dicho año (…) se nombró a alcaldes y regidores de ella”.
A partir de 1539, la villa dejó de llamarse Nuestra Señora de la Esperanza y fue rebautizada como Santafé. Y casi tres siglos más tarde, en 1819, después de la Independencia, la ciudad recibió el nombre indígena de Bogotá, como se denominaba a la antigua capital Muisca y nombre que en época de la Colonia tenía la actual población de Funza.