Daniel Flórez Porras y María Fernanda Cuevas, equipo de Investigaciones del Archivo de Bogotá
La historia de una ciudad se enriquece cuando se nutre de los recuerdos, memorias y testimonios de sus habitantes, de la cotidianidad y la diversidad en la escala barrial, comunal y local. Para el caso de Bogotá, constituyen cuestiones transversales la apropiación social de espacios públicos, la interacción entre el mundo rural y el entorno urbano, la construcción y legalización de barrios, las formas de organización comunitaria, las prácticas deportivas, artísticas y culturales; las problemáticas ambientales y de recursos naturales, las dinámicas de ocio y entretenimiento, las alternativas de transporte con sus estrategias de movilidad, así como las trayectorias comunitarias de poblaciones diversas, vulnerables y minoritarias.
En este marco, los archivos desempeñan un papel preponderante para la recopilación y preservación de la memoria colectiva, en la que se encuentren representados diferentes grupos sociales, procesos, lugares, hitos, trayectorias y legados. Tradicionalmente se ha construido una visión oficial en la que prioritariamente se reconocen los documentos producidos por la administración pública a través de sus entidades, agencias y organismos, dejando de lado los documentos generados por las comunidades y colectivos que luchan diariamente por abrirse un espacio en la otra urbe, en la ciudad de a pie y del sudor en la frente. Estas memorias son las que pretende reivindicar, visibilizar y dignificar la iniciativa Bogotá historia común 2.0, liderada por la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá a través del Archivo de Bogotá, la cual propone nuevas formas de generar, recuperar y conectar las memorias locales, barriales, veredales, vecinales y comunitarias de la ciudad, ofreciendo acceso libre a testimonios ciudadanos en diversos formatos (textos, audios, videos y fotografías) que pueden considerarse patrimonio documental de los bogotanos.
Se trata de recuperar contenidos de memoria colectiva de Bogotá, con perspectiva histórica, diferencial y territorial, que se puedan conservar y alimentar en una Colección Digital. Para este fin se ha elaborado una estructura de clasificación temática, a partir de la cual se puedan reconocer temas y materias que corresponden a las memorias de origen local y comunitario. Con esta clasificación, que es flexible y que se enriquecerá con la participación ciudadana, las memorias locales podrán ser identificadas y organizadas directamente por las comunidades interesadas, así como se optimizará la forma de buscar y acceder a ellas a través de la web 2.0. Para lo anterior, se han establecido tres líneas:
Adicionalmente, Bogotá historia común 2.0 cuenta con una Metodología de Apropiación Social de Patrimonio Documental de Carácter Local y Comunitario que busca facilitar la autogestión de contenidos por parte de comunidades y entidades que trabajan directamente en los territorios, para generar, organizar y compartir las memorias locales en medio digital. En el marco del despliegue comunitario que la iniciativa ha contemplado para este año, se han realizado talleres de identificación y gestión de memorias, aplicando la metodología, sus herramientas y documentos conexos, mediante una secuencia de actividades:
En este sentido, desde el pasado mes de mayo se han venido desarrollando una serie de sesiones en las que han participado líderes y lideresas barriales de Engativá, Chapinero y la Candelaria, el colectivo de Mujeres barristas y futboleras de Bogotá, así como colectivos artísticos y de memoria de Usme, San Cristóbal y Ciudad Bolívar, que han querido vincularse a esta iniciativa y adquirir habilidades para gestionar de forma autónoma ese conjunto de documentos, textos, testimonios, imágenes, videos y manifestaciones artísticas que cuentan la historia de Bogotá desde una multiplicidad de experiencias ciudadanas, que van a enriquecer los relatos, investigaciones, narrativas y apreciaciones que se tienen sobre esta ciudad infinita y singular.