Como custodio y garante del patrimonio histórico y documental, el Archivo de Bogotá tiene a disposición de la ciudadanía una valiosa e importante documentación que da cuenta del discurrir de la ciudad.
Desde su creación en el 2003, las funciones del Archivo de Bogotá de la Secretaría General de la Alcaldía de Bogotá, trascienden la esfera de ser sólo salvaguarda y custodio de la información pública documental, para avanzar en una estrategia pedagógica de apropiación social de la memoria de la ciudad.
Entre los fondos públicos que custodia se destacan los de la Caja de Vivienda Popular, el Concejo de Bogotá, la Corporación La Candelaria, el Cuerpo de Bomberos, la Caja de Previsión Social, el Jardín Botánico, la Orquesta Filarmónica y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo.
Los fondos privados que tienen el Archivo aparecen la Bolsa de Bogotá, Servivienda y las parroquias de Las Nieves, La Veracruz, La Capuchina y Santa Bárbara. Entre las colecciones privadas de documentación de arquitectos se cuenta con Alberto Manrique Martín y Germán Samper, González Zuleta, Dicken Castro, la emisora HJCK, el Cinep, la Casa de Poesía Silva, la Sociedad Salesiana y los fotógrafos Sady González, Hernán Díaz, Viky Ospina, Leo y Armando Matiz y Jorge Silva.
También se encuentran registros sonoros fonográficos de las principales empresas de discos de la ciudad y el país, como Discos Bambuco, Orbe, Fonobosa y Sello Vergara.
“Los fondos públicos que constituyen el Archivo representan el desarrollo de la ciudad a través de sus instituciones y sus transformaciones, y de cómo la ciudadanía ha interactuado con ellas. Abarcan diferentes temáticas que van desde la cultura, la educación y el control ciudadano, hasta las querellas entre vecinos, la prestación de los servicios públicos y el manejo de las finanzas, registros fundamentales para conocer la vida cotidiana en los últimos 200 años”, dice la Secretaria General de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Margarita Barraquer.
Además de las Instituciones, parte de la construcción de la urbe ha contado con la dinámica de las empresas privadas, fundaciones e instituciones religiosas que han compartido o entregado su acervo, con el propósito de contribuir a la reconstrucción de la memoria local desde el periodo colonial.
“Las colecciones privadas, agrega Barraquer, muestran cómo bogotanos, colombianos y extranjeros han hecho de la ciudad parte de su vida, su inspiración, o su desarrollo profesional. Las fotos que conservamos develan paisajes desaparecidos, personajes públicos y anónimos y hechos históricos que han trascendido a nivel nacional, como el Bogotazo, o la toma del Palacio de Justicia. También se encuentran documentos de empresarios, científicos e intelectuales culturales, entre otros, que lograron aportar a la cultura del país. Por eso, sin duda, el Archivo de Bogotá es un referente en el país en la salvaguarda del patrimonio documental”.