Gracias a la paciente labor del historiador Hermes Tovar Pinzón, quien hurgó en cientos de legajos y en el Archivo General de Indias, en Sevilla, España, se pudo establecer que el rey Carlos I de España ordenó el 9 de octubre de 1549 que la Real Audiencia de Santafé debía llevar archivos de todos los documentos del virreinato. Por esa razón el gobierno colombiano estableció que, en esta fecha, todos los años, se debe celebrar el Día del Archivista.
Desde 1549 cientos de archivistas anónimos, y unos pocos conocidos, han preservado en silencio los soportes y la información patrimonial de la nación colombiana. La Ley 1409 de 2010, según el Archivo General de la Nación, “hizo bien en reconocer sus abnegados servicios, dignificando de paso la profesión de la archivística en el concierto de las profesiones que se ejercen en Colombia”.
Algo de historia…
A partir de la Revolución francesa (1789) a los archivos se les confirió un carácter testimonial para el fortalecimiento de los sentimientos de identidad y pertenencia a una nación, a una comunidad, con un particular pasado y unas proyecciones de vida. En consecuencia, los archivos nacionales, -surgidos con el concepto de Estado-Nación y con funciones específicas- dieron paso a otros repositorios desde una perspectiva político-geográfica, como los de las regiones, provincias, departamentos y ciudades. Se considera también que las ciudades, villas, ayuntamientos, municipalidades, es decir, los mayores asentamientos humanos en una región, deben tener sus repositorios por cuanto, en la mayoría de los casos, allí se asienta la administración y estas mantienen, a través del tiempo, cierta estabilidad en comparación con asentamientos pequeños.
Así, en las ciudades capitales existen repositorios que con mayor o menor éxito conservan los documentos fundamentales para su administración y su memoria. Pero también la administración y la comunidad han dado lugar a lo que se podría denominar “archivos por sectores”, en particular los de la rama ejecutiva, legislativa y judicial; por funciones, (educación, salud, servicios públicos, economía, política, etc.); por temática específica, (archivos de la ciencia, de la arquitectura, de la literatura, de la violencia, etc.). Y dentro ello es posible, además, diferenciar los archivos denominados públicos y archivos privados.
Al celebrar este día del archivista, la Secretaría General de la Alcaldía Mayor, a través de la Dirección Distrital Archivo de Bogotá, quiere resaltar el hecho de que, a lo largo de sus casi 16 años de fundación, de la mano del Archivo General de la Nación, ha logrado romper el paradigma de que los archivos son instituciones caducas, atiborradas de anaqueles con documentos y legajos empolvados y que pocos consultan. La estrategia del Archivo de Bogotá parte de la premisa de que la memoria es un elemento de la cultura, vivo, cambiante, en continua expansión y que también contribuye a la consolidación de la identidad de la ciudad y de la nacionalidad. La existencia del Archivo debe estar ligada, necesaria e ineludiblemente, al ejercicio académico y a su inscripción en los panoramas contemporáneos de sistemas de comunicación.
A todos los archivistas un feliz día.