Por Ima Poveda
El Parque Tayrona es uno de los tesoros ecológicos de Colombia que despierta gran admiración entre los bogotanos. Este parque hace parte del Departamento de Magdalena. Se declaró reserva natural en el mes de agosto de 1969 por medio de la Resolución 292 del INDERENA (Instituto Nacional de los recursos Renovables y del Ambiente). El INDERENA fue una entidad creada por el Decreto 2420 de 1968 con el objetivo de reglamentar, administrar y proteger los recursos naturales del país e implementar políticas ambientales y dependía del Ministerio de Agricultura. Como agencia de esta entidad se crea el Sistema de Parques Nacionales Naturales. En 1993 es disuelta esta entidad dando paso a la creación del Ministerio del Medio Ambiente.
Entendiendo la importancia que reviste este Parque, la prensa bogotana y nacional ha cubierto noticias relacionadas con esta reserva. Una de esas noticias registradas por la prensa fue la realización de una venta de unos terrenos que hacían parte de la reserva natural. Este hecho se dio a conocer en febrero de 1981. Según El Tiempo, esta venta violaba las leyes de parques nacionales y se realizó con el desconocimiento del INDERENA.
Tanto El Tiempo como El Espectador describen las dos ventas que, según estos diarios, sumaban un millón de pesos. En sus diferentes artículos sobre este tema, presentaron varias interpretaciones de la ley en cuanto a que los tenedores de tierras propietarios solo podían negociar con el INDERENA. Culpan al INDERENA y al INCORA de esta situación, por no aclarar los títulos de propiedad de los terrenos. El Espectador da la noticia de la nulidad de la venta de los terrenos que hacían parte de la reserva del parque Tayrona.
Como dato de contexto histórico de cuándo se estableció el parque Tayrona, El Tiempo expone que hubo tierras que se expropiaron a los colonos pero que “pero no sucedió lo mismo con las grandes fincas de poderosos personajes de Santa Marta”. A pesar de que pudieron mantener la propiedad sobre la tierra, solo se les permitía negociar estos terrenos con el INDERENA y no con particulares, cosa que no cumplieron. Para El Tiempo era claro que no se estaba hablando de la nulidad en sí de la transacción, sino del comienzo del proceso por nulidad.
El Parque Tayrona siempre ha estado en la mira de las empresas privadas. La propuesta de establecer un complejo hotelero de varias estrellas no es nueva. Para 1974 el gerente de la Corporación Nacional de Turismo ya había propuesto construir un hotel 5 estrellas en los terrenos declarados del parque. El presidente Misael Pastrana tuvo que cancelar el proyecto debido a la fuerte presión de la ciudadanía El Siglo de febrero de 1981, además de informar del complejo hotelero, indica que se tenía la idea de construir un complejo siderúrgico. Cuenta que se vendieron más de 7.000 hectáreas. Aquí los vendedores son colonos de la zona.
Otro problema que ha aquejado a esta reserva natural ha sido la de la utilización de estos terrenos para lo que se ha considerado como plantaciones ilícitas. El Siglo de febrero de 1981 también denunciaba que la marihuana estaba tomándose este parque desde 1980. Se comenta que desde el aire se observaban “10 o 12 manchas sembradas de marimba”. Marimba era la forma de referirse a esta planta milenaria.
Todos estos recortes de prensa, que datan desde 1951 al 2001, se pueden encontrar en el fondo CINEP, fondo con el que cuenta el Archivo de Bogotá. En la página del Archivo de Bogotá se puede encontrar las líneas temáticas que maneja. El medioambiente era una de las preocupaciones de este Centro de Investigación (y lo sigue siendo) y, además, es una de sus líneas de investigación. El fondo del CINEP facilita la búsqueda de información a los investigadores de procesos recientes, ya que reúne en un solo lugar información de prensa tanto nacional como regional con su respectiva referencia en caso tal que el investigador quiera ampliar su búsqueda.
El CINEP nace bajo el nombre de Centro de Investigaciones y Acción Social – CIAS en el año de 1966 conformado por un grupo de jesuitas y laicos que al principio estuvo bajo la tutela del Conferencia Episcopal Colombiana, pero por diferencias de posiciones se vuelve autónomo en 1971. En 1976 cambia su nombre a Centro de Investigación y Educación Popular CINEP
Desde el año de 1992, el Archivo de Bogotá estuvo recibiendo los archivos de esta fundación. Las últimas carpetas las recibió en el año 2011.