Por Carmen Alicia Florián Navas / Historiadora
Como parte de las actividades conmemorativas del cuarto centenario de la fundación de la ciudad, fue iniciada desde 1936 una campaña de “desanalfabetización” que contó con la participación de un gran número de profesores que en forma espontánea se inscribieron para prestar sus servicios de manera gratuita en los barrios obreros, donde se abrieron institutos para enseñar a leer y a escribir.
Esta campaña contó con más de 4.000 alumnos (hombres y mujeres) mayores de catorce años, repartidos en 38 institutos, que trabajaron dos horas diarias entre las 6:00 PM - 8:00 PM. En febrero de 1937 fue modificado el plan de trabajo debido a que los profesores voluntarios se cansaron y el número de alumnos disminuyó.
Registro Municipal 1934. Pag32-1Un aspecto de los trabajadoresen la granja.
A pesar del corto tiempo en que se realizó, los resultados fueron considerados “altamente beneficiosos, pues un 60 por 100 del personal de analfabetos que asistió a tales institutos salió de ellos sabiendo leer y escribir, aunque con bastante deficiencia”. Los resultados fueron presentados en un libro de 51 páginas, titulado La Educación Pública en Bogotá, Redacción y comentarios de Roque Casas publicado por la Dirección de Educación, Sección Publicaciones y Propaganda Cultural.
Luego, por iniciativa del Alcalde Jorge Eliécer Gaitán, se realizaron en Bogotá las denominadas “Conferencias Culturales del Municipio”, una de ellas, titulada influencia del vestido y del zapato en la personalidad del individuo, fue dictada por el doctor Jorge Bejarano el 11 de septiembre de 1936 y se encuentra reproducida en un pequeño libro de 16 páginas que se imprimió en los talleres de la Imprenta Municipal. El conferencista explicó a los asistentes las motivaciones del controvertido decreto del alcalde por el cual dispuso que los obreros del municipio deberían llevar uniforme y calzado. Uno de los argumentos del señor Bejarano dice:
“El obrero o la sirvienta que visten con decencia, está absolutamente demostrado que no vuelven a entrar a la chichería, porque ese vestido les da cierto nivel social y cierta personalidad bien distintas del medio que predomina en la taberna donde se expende el licor que ha perseguido por tanto tiempo a nuestras razas del altiplano.”
Registro Municipal 1934. Pag32-2 Granja de la escuela Barrio Acevedo Tejada.
Así mismo, dedicó otra parte de su charla a insistir en el uso del calzado como mecanismo para contrarrestar algunas enfermedades como la anemia tropical, y propuso la compra de equipos destinados a la fabricación de calzado barato para que estuviera al alcance de las familias obreras.