Durante el centenario de celebración del nacimiento de Policarpa Salabarrieta (ortografía original en los documentos), el Concejo Municipal, además de una separata, publicó el Decreto 1241 de 1894, expedido por la Vicepresidencia de la República, como reglamentario a la Ley 15 de 1894 “Sobre erección de un monumento a la heroína de la Independencia Policarpa Salabarrieta”, en la cual conmina a la celebración del centenario de La Pola con la erección de un monumento. En este decreto se declaraba fiesta nacional el día de su natalicio e, igualmente, publicó el Acuerdo 30 de 1894 “por el cual se dispone la manera cómo se celebrará en Bogotá el Centenario del nacimiento de la heroína Policarpa Salabarrieta”. Allí se daban instrucciones de iluminar el Palacio Municipal, exhibir el retrato de La Pola en la galería baja y cambiar el nombre de la Plaza de Las Aguas a Plaza de Policarpa Salabarrieta, y por supuesto, publicar un homenaje en el Registro Municipal, además de nombrar el representante del municipio al festejo que se realizaría en Guaduas.
Como en anteriores números, en fechas especiales se publicaban estos especiales, por ejemplo, en conmemoración del descubrimiento de América o la fundación de Bogotá. En esta celebración del nacimiento de La Pola, inician con una discusión que aún se mantiene: a pesar de las intensas búsquedas en el archivo de Guaduas, no aparece su partida de bautismo. El Registro Municipal manifiesta que varios historiadores de la época no lograron encontrar el preciado documento.
Para subsanar esta falta, este especial del Registro Municipal presenta a los historiadores Joaquín y José María Acosta con una prueba que para la época era irrefutable: el testimonio de gente decente como Bonifacio Guzmán, Agustín Herrera y Juan Bolívar, quienes declararon que, efectivamente, Policarpa era hija legítima de Joaquín Salabarrieta y María Ríos y que nació el 26 de enero de 1795.
Y aunque en la historia oficial no estábamos acostumbrados a que se mencionaran nombres de mujeres “revolucionarias” (aquellas que sirvieron a la causa de la independencia), este Registro Municipal sí nombra a las más sobresalientes como eran Andrea Ricaurte de Lozano, Carmen Rodríguez de Gaitán, Juana Petronila García Evia y Gabriela Barriga
En el título Sacrificio de La Pola, transcriben parte de las memorias de José Hilario López que narra su detención y conducción al cadalso. Se cuenta que Policarpa no era una persona conocida en la ciudad por eso podía accionar sin ser detectada. Sin embargo, a oídos de Sámano llegó la noticia de “que esta patricia era la que seducía a los soldados, compraba los pertrechos, alentaba los ánimos de los independientes, hacía circular manuscritas las noticias de las operaciones de los Almeidas, Ignacio Rodríguez y demás guerrilleros, y quien, en fin, se presentaba como su mayor enemigo”
A un sargento Iglesias, le dieron la orden de descubrirla. Cuenta cómo estando en una cantina que estaba al frente del Colegio Bartolomé, una de sus tenderas le dijo que por ahí pasaba el hermano de ella, Bibiano, quien era “su retrato”. El sargento sólo tuvo que perseguir al muchacho para dar con la vivienda en donde se encontraba Policarpa y allí mismo la arrestaron y fue llevada ante el mismo Sámano. Él le hizo el interrogatorio. El día de su ejecución “un ejército de tres mil hombres ocupaba la plaza mayor, por en medio de ellos atravesó la Pola, no como mártir que va al sacrificio, sino como reina que sube a su trono”. Al sonar los disparos “una descarga anunció que su alma había pasado a la eternidad”
Hilario López narra que antes de ir al patíbulo, ella se encontraba poseída por la ira contra sus verdugos que “jamás se condolieron de la edad, ni del sexo, ni de la virtud”. Maldecía a los españoles constantemente. Ni siquiera los sacerdotes que la acompañaban pudieron persuadirla que no lo hiciera.
La historiadora Beatriz Castro Carvajal expone que, aunque no se tiene claridad sobre su nombre y tampoco la fecha y lugar de su nacimiento, es la heroína más popular. Y como ella misma comenta que a pesar de que se conocen más de 150 fusilamiento de mujeres que trabajaron a favor de la Independencia, en nuestra historia oficial ella, junto a Manuela Sáenz, son las que perduraron en la memoria. La profesora Martha Lux Martelo, profesora de historia de la Universidad de los Andes, es la que más se ha preocupado por sacar a la luz los nombres de esas otras patriotas que murieron por la causa.
Además, de este especial, los visitantes del Archivo de Bogotá pueden conocer de primera mano la construcción social que existía, a finales del siglo XIX y principios del XX, de algunos acontecimientos históricos y de personajes de la vida nacional.