Daniela Rodríguez Sandoval Historiadora y Politóloga - Investigadora de la Unidad de Investigaciones de la Dirección Distrital Archivo de Bogotá.
Hace 30 años se promulgó la nueva Constitución Política de Colombia y uno de los actores sociales y políticos más influyentes de este proceso fueron los jóvenes. Este grupo social, que empezó a construir su identidad en décadas previas a la Constitución de 1991 es un actor central en las reflexiones propuestas en la exposición virtual de la Dirección Distrital de Archivo de Bogotá, “La constitución política de 1991: Un legado para la Construcción de paz en Colombia” que será exhibida durante este segundo semestre de 2021.
La presente nota tiene como objetivo brindar reflexiones relacionadas con la construcción de los jóvenes como actor social, así como la relación de construcción de identidad política anudada con procesos culturales, sociales, musicales, cinematográficos, etc. Al mismo tiempo, pretende visibilizar algunas fuentes de archivo que se custodian en la Dirección Distrital de Archivo de Bogotá y que son parte fundamental de la exposición.
En la exposición, el análisis relacionado con los jóvenes empieza desde décadas anteriores a 1991, dadas las transformaciones globales, culturales y sociales que se gestaron desde finales de los sesenta del siglo XX. Lo anterior, teniendo en cuenta que es en este periodo de tiempo que los jóvenes tienen considerables cambios como actor fundamental en la sociedad, y que posteriormente, a finales de la década de los ochenta se concretan algunas de sus apuestas políticas a través del llamado a la Asamblea Nacional Constituyente. Además, porque sus acciones políticas pueden rastrearse desde la Revolución Cultural de 1968 en la que se venían gestando fuertes conexiones entre la música, la cultura, el cine, la política, la identidad y la juventud.
Imagen 1. Recorte de prensa. La juventud se moviliza por la vida y para derrotar la muerte, Voz Proletaria, 1983. Archivo de Prensa Centro de Investigación y Educación Popular - CINEP. Código de referencia: CO.11001.AB.04.6. Número Topográfico: EBO301-EBO302-BCO706 - Caja 150- Carpeta 1. Colección Archivo de Bogotá.
Entrando en materia, es a partir de la década de los ochenta que se hace más explícita la concepción y el papel de sectores sociales como la juventud en el país. En las notas de prensa (Imagen 1) de la Colección del CINEP puede rastrearse la centralidad que se otorga a los jóvenes campesinos y los estudiantes como las grandes víctimas de los conflictos armados y sociopolíticos. Lo anterior, como consecuencia de un fenómeno mas estructural, en el que los jóvenes empiezan a ser los mas susceptibles de reclutamiento para el sicariato, el narcotráfico1, y diversos grupos armados. En este tipo de fuentes2 se puede observar que se afirma que “del total […], 255 detenidos son estudiantes, 2 fueron torturados, 3 asesinados y existe un número no precisado de desaparecidos” (Imagen 1). De manera que en términos estadísticos empieza a darse visibilidad al fenómeno de los jóvenes, y así mismo, la nota devela otro tipo de problemáticas estructurales como los operativos militares secretos; la imposibilidad de acceder desde la prensa a los hechos para dar cuenta de la violación de derechos humanos; y el riesgo de ser joven en los contextos agrarios.
Por otro lado, la juventud a su vez empieza a abrirse campo como un actor político y de la cultura popular. El movimiento juvenil se abrió paso frente a sectores más tradicionales de la participación de las juventudes como el movimiento estudiantil, pasando a ser un escenario de la manifestación de las clases medias que buscaban una expresión política más allá de la condición de estudiante universitario3.
Dado que este nuevo actor surgió más allá de otros gremios o agrupaciones sociales, como los sindicatos y los partidos políticos, los jóvenes empezaron a construir una identidad a través del cine, el arte y la música. Fue el momento del rock nacional (luego variando hacia el pop), la difusión del metal y la escena punk. Un panorama de este último género y el problema de las juventudes se pueden ver en las entregas cinematográficas de Víctor Gaviria: “Rodrigo D No Futuro” de 1990 y “La vendedora de rosas” de 1998.
Imagen 2. [Concierto] Colección Privada Jorge Silva. Código de referencia: CO.11001.AB.04.23.06.033. Colección Archivo de Bogotá.
Esta apuesta cultural además, no se desligaba de las reivindicaciones políticas y sociales que empezaron a abanderar los jóvenes en el mundo desde la Revolución Cultural en 1968. De ahí en adelante se verán diferentes manifestaciones contraculturales, como el hippismo y el rock 'n' roll, de la cual Colombia no estuvo exenta, y que puede reflejarse en las fuentes, a través de la influencia de la moda, los cortes de cabello y los significados contraculturales que estos símbolos reflejaban en eventos musicales (imagen 2). De hecho, las transformaciones económicas neoliberales, con mayor auge en las décadas de 1980 y 1990, junto con el conflicto armado, formaron una identidad en constante choque con el Estado, al punto incluso de alcanzar una poca participación política (tradicional) de una mayoría de esta población, explicada en una ausencia de una meta nacional y la pérdida de un rumbo para la sociedad4.
En marcadas ocasiones, las condiciones apremiantes de los sectores populares, que venían desde mediados de la década de los setenta, hicieron que grupos juveniles se organizaran como actores políticos desde espacios como los colegios, los barrios populares e incluso desde algunas posturas radicales y de opciones políticas de izquierda (como la Juventud Comunista - JUCO y la Juventud Trabajadora Colombiana - JTC)5.
Otro escenario en donde se posicionó la juventud fue en las comunicaciones. Aquí emergieron como grandes consumidores de televisión, radio y prensa. Esta intensificación se materializó, como se decía previamente, en la música. Por ejemplo, está la diversificación de los géneros musicales, los cuales tuvieron un marcado enfoque de clase social. También está el crecimiento de los eventos musicales, de los que se puede destacar el “Concierto de conciertos, Bogotá en armonía”, realizado el 17 y 18 de septiembre de 1988, el cual alcanzó a congregar unos 70.000 asistentes, y aunque tuvo una iniciativa privada, contó con el apoyo de la Alcaldía Distrital y el entonces alcalde de la ciudad, Andrés Pastrana.
Entre los participantes estuvo la banda chilena “Los Prisioneros”, reconocidos por su contenido de crítica social contra la dictadura en su país, la opresión, la desigualdad, el sistema capitalista y a favor de la libertad sexual. Las consignas en sus canciones recalcaban lo que se puede entender como el espíritu de la juventud del momento: el reclamo a las injusticias del sistema capitalista, no necesariamente desde una oposición política de izquierda radical, sino desde la frustración de la falta de oportunidades; la desigualdad y la identificación de que los dictámenes de los medios de comunicación en aspectos como el estilo de vida y el consumo eran para unos pocos6. Por ejemplo, la canción “El baile de los que sobran” (Álbum: Pateando Piedras, 1986) es emblemática por su mensaje y por recoger las consignas políticas mencionadas anteriormente. Esta referencia musical y las canciones de la banda hacen parte del contenido multimedia de la exposición virtual de la Constitución y permiten seguir explorando estas relaciones entre música y política.
Es así como podemos ver una gama activa en los comportamientos juveniles. Se podían mover desde la apatía por lo estatal, hasta una identidad política contestataria frente a las precarias condiciones de vida, especialmente en las ciudades. Lo cual se puede ver desde la organización comunal a partir de contextos locales y barriales en aspectos como el deporte, la religión, la recreación, pero más que todo, desde los aspectos culturales y de la política -a través de la continuación de la expresión gremial estudiantil-. En los aspectos culturales establecieron una construcción y reafirmación de su individualidad, sus deseos y frustraciones a través de la conexión entre la música, el cine y sus reivindicaciones políticas.
En términos políticos, es en este contexto que se evidencia un giro en el aumento de la atención que tanto los jóvenes, como el Estado, empezaron a prestarse entre sí7. Con la politización de la juventud, el movimiento estudiantil empezó a visibilizar las condiciones de violencia, evidenciando un estado débil, y de ahí, se cimentó todo el espíritu que llevó a la Constitución de 1991. El Estado por su parte empezó a dirigirse a esta población, desde la Constitución y las diferentes instituciones estatales, para con ello considerar a la juventud como un sujeto político y de derechos, con la clara intención de conquistarlo en una lucha contra el abstencionismo y la negación política. El Estado además lo hizo en respuesta a la construcción conceptual de la juventud que hicieron entidades internacionales como la CEPAL y las Naciones Unidas en ese momento8.
Ahora, a nivel cultural, una de las consecuencias que generó esta generación puede rastrearse en uno de los eventos más importantes de la ciudad: “Rock al Parque”. Este evento inició en 1995 como una estrategia de Mario Duarte y su banda “La Derecha”, y luego fue seguido desde el apoyo del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá - IDCT. Desde entonces ha sido un espacio de encuentro de los grandes géneros de la música juvenil bogotana, nacional e iberoamericana: el rock, el metal y el punk9. Con este evento se observa que para los noventa si bien no habían desaparecido los problemas que demandaba la generación de los ochenta, sí empezaron a cimentarse espacios de apertura democrática -consecuencia de la Constitución de 1991- y cultural a través de las expresiones artísticas y musicales.
Ya con una gran bandera política celebrada en la Constituyente, la juventud empieza a hacerse notar a partir de estos grandes eventos musicales, donde gran parte de su desarrollo se basa en la expresión de sus identidades individuales y colectivas, de sus sueños y frustraciones, en una gran expresión cultural donde se irradia su papel como grandes actores de la sociedad contemporánea. De ahí en adelante lo que representan empieza a verse escenificado en medios de comunicación, con la dispersión de numerosas bandas y géneros musicales, en radio, en películas, en novelas y en series.
De esta manera, a través del proceso histórico de la Constitución de 1991 puede verse la fuerte relación que los jóvenes venían construyendo -desde finales de los sesenta- entre identidad, música, cultura, cine, movimientos sociales y sobre todo política. Una relación cuyos efectos gestaron una transformación social con el cambio de la Carta Magna del país, pero que además, siguen en la actualidad con una fuerte politización de los jóvenes y la marcada conexión de las apuestas artísticas y políticas en las calles, las universidades, los barrios e incluso los escenarios musicales.
Fuentes y/o bibliografía.
1 Fenómeno que consiste en el homicidio por encargo, en este caso, por ajustes de cuentas dentro de la organización del narcotráfico y otros negocios ilícitos de bandas criminales, especialmente desarrollado en las ciudades del país.
2 Este tipo de fuentes (notas de prensa) hacen parte del acervo documental que se custodia desde la Dirección Distrital de Archivo de Bogotá en la Colección de Prensa del CINEP. Para más información, los invitamos a visitar la sala de consulta y los fondos que se custodian en el Archivo de Bogotá.
3 Cubides C, Humberto. “Participación política y organización de jóvenes en Colombia vista desde la tensión ´Plan de organización-plan de consistencia´”. En Alvarado, Sara Victoria. Vommaro, Pablo A. Jóvenes, Cultura y Política en América Latina: Algunos trayectos de sus relaciones, experiencias y lecturas (1960-2000). (Buenos Aires: Clacso. Homo Sapiens Ediciones, 2010), 117.
4 Cubides C, Humberto, 120.
5 Cubides C, Humberto, 122.
6 “Los Prisioneros” (Reportaje). Mundo Diners Club de Chile, 1982-1994 (Santiago : Lord Cochrane) v., n° 60, (nov. 1987), 43. Disponible en: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-82953.html.
7 Reina Rodríguez, Carlos Arturo. Cuando el rock iza su bandera en Colombia: aproximaciones a los imaginarios de jóvenes a través de 40 años de música rock. 1ra parte. (Bogotá: Carlos Arturo Reina, 2004), 10.
8 Cubides C, Humberto, 125.
9 En la actualidad son más variados los géneros de las bandas y artistas participantes, además de tener una versión específica para la cultura Hip Hop: “Hip Hop al parque”. Ambos eventos hacen parte de la estrategia cultural del Distrito, “Festivales al parque”.