Por Daniel Flórez Porras / Historiador Archivo de Bogotá
La historia urbana de una ciudad es el resultado de una amalgama de contrastes, los cuales pueden ser entendidos desde el concepto de “el derecho a la ciudad”, acuñado en los años 60 del siglo XX por el filósofo y sociólogo francés Henri Lefevbre. En síntesis, se trata de comprender el fenómeno de vivir en ciudad como un derecho, a partir del cual los seres humanos tengan la capacidad de volver a ser dueños del territorio urbano, a quienes fue despojado por el desarrollo del capitalismo y la especulación de las empresas privadas urbanizadoras.
De esta forma, vivir en ciudad se convirtió en privilegio de unos pocos habitantes, que, gracias a su capacidad adquisitiva y de endeudamiento, se apropian dentro de burbujas financieras de los sectores de la ciudad que cuentan con todos los bienes y servicios, incrementando de manera exorbitada el uso y costo del suelo por metro cuadrado, expulsando y condenando a los más pobres y necesitados a las franjas de la ciudad, los llamados cinturones de miseria.
Desde esta perspectiva, sobre el derecho a la ciudad confluyen varios fenómenos sociales, que existen a nivel mundial hasta el día de hoy, entre los que sobresalen las dinámicas de lo formal y lo informal. Para el caso de Bogotá, la ciudad formal es aquella que es objeto de las galerías, las exposiciones museográficas y estudios centrados en los estilos arquitectónicos. Es aquella ciudad sobre la cual se ha configurado una idea romántica, de arquitectura republicana y estilo francés, de columnas dóricas, jónicas y corintias, de piedra, cemento y hormigón, que hace alarde de su primacía urbana por ser el epicentro económico y político del país.
En otras palabras, es la ciudad de las grandes avenidas, parques y centros comerciales, que ha construido una narrativa de su devenir histórico desde la Plaza de Bolívar como introducción, para contar desde ahí su expansión urbana, y que en medio de las dificultades, ha logrado conservar parte de su patrimonio arquitectónico, con un centro histórico reconocido y un modelo de urbanización hacia el norte como polo de expansión de ciudad moderna, la cual se encuentra en el camino de conmemorar su quinto centenario de fundación, asumiendo todos los retos que se le plantean a una urbe del siglo XXI.
En contraste, se encuentra la ciudad informal, aquella que no hace parte de la mayoría de ilustraciones, ni que se encuentra retratada en las fotografías románticas de las primeras décadas del siglo XX. Es la ciudad de las sombras y del despojo, la ciudad espontánea que no ha sido creada desde un escritorio de planeación, pero que en gran medida explica el crecimiento desproporcionado del tejido urbano de la ciudad, y que al día de hoy representa más del setenta por ciento de su territorio.
Imagen. Fondo Fotográfico Mauricio Camargo - Archivo de Bogotá
La ciudad marginal se encuentra densamente poblada, con pocos espacios abiertos y grandes dificultades de movilidad y acceso a los servicios públicos básicos. Se trata en gran parte, de una urbe construida por la mano de obra de inmigrantes expulsados del campo por la violencia política, pero también alimentada por numerosos grupos poblacionales con culturas y prácticas sociales diferentes a la ciudad, que encuentran en esta una oportunidad de acceder a los bienes y servicios básicos que sus territorios originarios o ancestrales no tienen: techo, empleo y educación.
Sin embargo y paradójicamente, una vez llegados a la gran capital, se enfrentan a una realidad difícil de afrontar en un primer momento, la cual se resume en la gran dificultad de encontrar un espacio digno para vivir. Como el centro ampliado de la ciudad se encuentra monopolizado por las dinámicas especulativas del metro cuadrado, es en las márgenes de la ciudad oculta donde en un primer momento pueden instalarse los inmigrantes quienes son los que construyen la urbe marginal.
Imagen. Fondo Fotográfico Mauricio Camargo - Archivo de Bogotá
Desde esta perspectiva, la ciudad espontánea es la urbe no planeada y por tanto su crecimiento es acelerado e incontrolable. Es una ciudad frágil, cuyos elementos constructivos son la lata, la madera y el cartón. Sin servicios públicos básicos y a merced de los piratas urbanos, quienes se aprovechan de las necesidades de estos habitantes a quienes venden tierras sin ninguna seguridad legal. Es la ciudad del arrabal, que muy pocos conocemos en profundidad, apenas objeto de estudios sociológicos, cuyas monografías socio demográficas permiten comprender las dinámicas sociales y culturales tan particulares que allí tienen lugar.
Esta ciudad, que por la extensión de su tejido urbano y población numerosa es la mayoría de la urbe, es la que en parte se encuentra retratada en la colección privada del fotógrafo Jorge Mauricio Camargo Peralta, donada al Archivo de Bogotá y cuya selección de imágenes integra la exposición virtual denominada: “Archivos a fondo. Tesoros documentales de Bogotá”.
Imagen. Fondo Fotográfico Mauricio Camargo - Archivo de Bogotá
En la colección fotográfica de Jorge Mauricio Camargo, se encuentra retratado de manera minuciosa, el proceso constructivo de las casas (por la mano de sus propios habitantes), el emplazamiento de los barrios, las escuelas y trazado de las vías, pasando por las panorámicas que se obtienen desde los barrios en los altos de los cerros hacia la ciudad, y en general todas las manifestaciones de la vida cotidiana llevada a cabo por sus habitantes.
Según la ficha técnica, gracias a esta colección privada de 1747 fotografías en físico y digitalizadas en formato JPG, que registró Camargo, es posible comprender la dinámica de construcción de la vivienda obrera en la ciudad, la cual hace parte del proceso de la ciudad espontánea, aquella que se forja desde las luchas sociales por el derecho la ciudad, entendida como la búsqueda incesante por alcanzar un hábitat urbano socialmente digno y humano.
En este contexto, a través del Facebook live del Archivo de Bogotá llevado a cabo el jueves 01 de octubre, se tuvo la oportunidad de contar con la participación del autor de estas imágenes fotográficas y escuchar de su propia voz, las anécdotas y circunstancias particulares que están detrás de algunas de estas instantáneas. En el conversatorio denominado: “Registros de la vivienda obrera en Bogotá”, llevado a cabo en el marco de la iniciativa liderada por la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., que tiene como objetivo llevar la historia de la ciudad sin salir de casa, las imágenes de la ciudad marginal cobraron voz y voto, a través del testimonio aportado por el fotógrafo Mauricio Camargo.
Imagen. Fondo Fotográfico Mauricio Camargo - Archivo de Bogotá
Gracias a esta entretenida conversación, Camargo detalló aspectos que enriquecen la información de contexto sobre esta colección. Esta fue producida desde 1973 hasta comienzos de los años 90, gracias a la vinculación laboral que Camargo tuvo en el Área de Trabajo Social de la Caja de Vivienda Popular. De esta forma se entiende como, desde la institucionalidad estatal a nivel del Distrito, se aplicaron procesos de formalización sobre estas zonas de la ciudad, llevando a cabo el traslado de sus habitantes a zonas más seguras, legalizando la propiedad de estas tierras, financiando el proceso de construcción de casas habitables y gestionando el acceso a los servicios públicos básicos.
Por este motivo, gracias a la participación directa de su autor en este proceso de formalización, las imágenes capturadas en estos años por parte de Mauricio Camargo, retratan de primera mano los proyectos ejecutados por dicha entidad en el sur y noroccidente de la ciudad. Desde el sur profundo, se encuentra el testimonio digno de los rostros de sus habitantes, sus formas de apropiación del territorio y sus luchas por el derecho a la ciudad.
De esta forma, estas fotografías inéditas son un testimonio de gran valor para la investigación y en general para la historia en general de la ciudad, ya que fueron tomadas durante las décadas de mayor crecimiento urbano de la capital, cuando tuvo lugar una explosión poblacional socio demográfica sin antecedentes en toda la historia de Bogotá, que en gran parte explica las dinámicas y retos que actualmente enfrenta la urbe en su conjunto: movilidad, seguridad y medio ambiente.
Imagen. Fondo Fotográfico Mauricio Camargo - Archivo de Bogotá
Conocer esta colección a partir de la exposición virtual de “Archivos fondo. Tesoros documentales de Bogotá”; tener la oportunidad de consultar en su conjunto esta colección; y, finalmente, escuchar de su propio autor, las dinámicas intrínsecas que le dan vida a cada imagen, se constituyen en una experiencia fascinante para abordar la ciudad desde múltiples puntos de vista. Entender cómo Camargo en terreno logró involucrarse con los habitantes de la ciudad marginal, entender sus necesidades y darles un retrato digno, resulta una de las primeras formas de reconciliarse con aquella ciudad objeto de señalamientos y prejuicios sociales.
En otras palabras, se trata de comprender la historia urbana desde el derecho a la ciudad, porque la urbe espontánea y marginal también tiene su propia historia. Reconciliar el mundo de la ciudad formal con la ciudad informal, quizá sea uno de los primeros pasos que como sociedad debemos dar, para construir la ciudad incluyente y diversa que requieren los tiempos modernos.
Los visitantes a esta exposición virtual podrán descargar gratuitamente un ebook con la investigación completa de esta exposición, ilustrada con imágenes y documentos históricos.
La ciudadanía puede encontrar la exposición en el siguiente enlace: http://archivobogota.secretariageneral.gov.co/exposiciones/archivosafondo/