Por Daniel Flórez Porras / Historiador Archivo de Bogotá
A lo largo de la historia de la humanidad, la memoria ha logrado encontrar múltiples estrategias que le han permitido fijar sus testimonios en diversas fuentes, soportes y formatos, que en últimas son los vestigios fidedignos del tiempo, los cuales llegan a la orilla del presente como oleadas tras el naufragio de los múltiples sucesos. Esos objetos, que en el archivo son categorizados como piezas documentales, adquieren un valor significativo, cuando se aplica sobre estos un método consciente sobre cómo pueden ser abordados, analizados, comprendidos e interpretados desde un enfoque en particular.
En otras palabras, si bien el documento de archivo contiene una información producida en un momento específico, con el paso del tiempo este por sí mismo no “habla” de manera autónoma. Al contrario, este documento puede llegar a tener relevancia en la medida en que, con su estudio, y en relación con otros documentos, su información pueda ser revelada desde un presente, para el conocimiento de los hechos del pasado, vistos desde la perspectiva que solamente el paso del tiempo provee a las siguientes generaciones que heredan el legado material y simbólico que representa un documento.
Ese legado que en su conjunto para los archivos configura lo que se reconoce como patrimonio documental, se materializa en una diversidad de tipos documentales y múltiples soportes, que van desde la arcilla, la piedra, el bronce, el papiro, el papel, las cintas, la fotografía, entre muchos otros, hasta llegar al soporte digital y electrónico que supone unos retos enormes en materia de preservación, para lo cual la memoria sigue encontrando nuevas formas de fijarse en el recuerdo. Ahora bien, la forma como llega a nosotros el documento de archivo en cuanto legado para las nuevas generaciones, está condicionada por el nivel de difusión y apropiación que de manera colectiva como sociedad se logre construir sobre este.
Desde esta perspectiva, el esfuerzo realizado por la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., a través de la Dirección Distrital de Archivo de Bogotá, de difundir el patrimonio documental de la ciudad, resulta ser una tarea encomiable que va en la ruta de la transparencia, está en la búsqueda de contribuir al ejercicio del derecho de acceso a la información por parte de los ciudadanos, al tiempo que posibilita el ejercicio de apropiación, identidad y conocimiento sobre la historia de la ciudad, elementos vitales que son los que posibilitan el crecimiento de una ciudad con sentido social.
Son estos elementos de fondo los que soportan el lanzamiento oficial de la exposición virtual denominada “Archivos a fondo /Tesoros documentales de Bogotá”. Si acogemos la tercera acepción que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE edición XXII 2001) de la palabra Tesoro: “conjunto o suma de cosas, de mucho precio o muy dignas de estimación”; se comprende al alcance y contenido de esta exposición, donde se puede encontrar, en soporte digital, una muestra representativa de algunos de los documentos que custodia el archivo histórico de la ciudad, los cuales en su conjunto testimonian el discurrir histórico de la ciudad durante todo el siglo XX.
Dicho lanzamiento tuvo lugar el pasado jueves 17 de septiembre, a través del Facebook live propiciado desde el Archivo de Bogotá, a través del espacio de charlas virtuales que se vienen llevando a cabo desde abril del presente año, como parte de la iniciativa liderada por la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que tiene como objetivo llevar la historia de la ciudad sin salir de casa. En esta ocasión, el evento se enmarca en el mes de septiembre como el mes del Patrimonio Cultural, con lo cual se busca configurar un espacio que logre acercar al ciudadano con el archivo como usuario por antonomasia de este y, por ende, principal objetivo de difusión del patrimonio, con el ánimo de seguir enriqueciendo el legado histórico de la capital del país.
En esta oportunidad, se contó con la participación de la Subsecretaría Técnica de la Secretaría General, Patricia Rincón Mazo, y el Director del Archivo de Bogotá, Álvaro Arias Cruz, quienes dieron la apertura del evento y describieron los objetivos específicos del mismo, los cuales se resumen en el propósito fundamental de fortalecer la divulgación de los tesoros documentales que preserva y custodia las entidades citadas, cuyos bienes culturales en últimas son de interés para toda la ciudadanía.
En el segundo bloque de este espacio, se contó con un animado conversatorio donde tuvieron oportunidad de intervenir algunas de las profesionales que hicieron parte del montaje curatorial y museístico de esta exposición virtual. Ellas son: Sara Franco Rojas (museóloga del proyecto); Yuly Andrea Agudelo Puerta (historiadora y colaboradora en la parte técnica del montaje de la exposición, quien, para la exposición virtual, trabajó en la organización, clasificación y descripción de la colección de Gastón Lelarge y Otto de Greiff); Daniela Rodríguez Sandoval (politóloga e historiadora. Para la exposición virtual, trabajó en la Colección de Jorge Mauricio Camargo y la Colección Teatro El Local); y la historiadora Evelin Barón Bulla (quien, para la exposición virtual, trabajó en la Colección Patrimonio Fílmico y la Colección Jeanne Crépy).
Tras el desarrollo de sus respectivas intervenciones, las cuales abordaron los aspectos más sobresalientes de la documentación que describieron y analizaron, para integrar la muestra objeto de la exposición, resalto la idea principal que engloba el sentido de esta iniciativa, y tiene que ver con el concepto de fondo de archivo, acompañado de la solicitud que se nos hace de conocer los archivos a fondo. Lo anterior no es un juego de palabras, sino al contrario, es el planteamiento de unos principios con base en los cuales se debe formular cualquier política pública que propenda por la conservación, preservación y difusión del patrimonio documental.
La palabra Fondo es una acepción, que, para el caso de esta exposición, alude a una inmersión profunda en la historia. Por un lado, a través de la visualización, consulta, lectura y conocimiento de los documentos identificados y descritos. Pero también, por otro lado, el concepto de Fondo en archivística, significa el conjunto de documentos producidos por una persona natural o jurídica durante su historia, cuya existencia testimonia las actividades y accionar de esa entidad en particular en un contexto social determinado.
En este sentido, llamar la atención de la exposición virtual, como Archivos a fondo, resulta muy a propósito, si esta se entiende como una invitación a apropiarse del archivo como un lugar abierto para todo el público, que tiene como misión principal preservar la memoria, en todos sus formatos y soportes, los cuales requieren de su difusión para el conocimiento del público en general. Estas formas de relación entre el documento de archivo y quien lo consulta, resultan nodales a la hora de hablar de patrimonio documental como materia prima de la construcción de una sociedad más democrática.
En este sentido, en la exposición virtual se puede consultar la muestra representativa de 21 veintiún fondos, series y colecciones, de origen público y privado, entre los cuales se encuentra: Concejo de Bogotá, la Serie Decretos de la Secretaría General, la colección hemerográfica de los siglos XIX y XX, Gastón Lelarge, la Urna Centenaria, Guillermo Mendoza Torres, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Carlos Martínez Jiménez, la empresa de arquitectos Trujillo, Gómez, Martínez y Cárdenas, la Serie Querellas de la Secretaría de Gobierno, Dicken Castro, Ricaurte Carrizosa Prieto, Armando Matíz, Roberto Londoño, González Zuleta y compañía, Teatro El Local, Jorge Mauricio Camargo, Gerardo María Santafé, Otto de Greiff, Foto Centro y Jeanne Henriette Crépy.
Las características principales que hacen tan emblemática esta exposición, dentro de los 17 años de historia institucional del Archivo de Bogotá, además de la particular estrategia de la virtualidad (que ya tuvo su antecedente este año con la primera exposición virtual denominada “La alegría de leer”), son las siguientes:
En conclusión, la exposición virtual “Archivos a fondo. Los tesoros documentales de Bogotá”, es uno de los primeros pasos firmes, por retomar la ruta trazada y profundizar la misión de difusión del patrimonio cultural de la memoria de la ciudad. Sin el conocimiento de este legado, es imposible lograr su apropiación. Sin la debida apropiación, el soporte documental de la memoria siempre estará amenazado ante los avatares propios del devenir histórico del olvido, el cual siempre desafía a la memoria por su permanencia en el tiempo. Por lo tanto, el efecto positivo sobre la difusión y apropiación del patrimonio documental para una memoria a fondo, solo el tiempo lo dirá.
PD:
Los visitantes a esta exposición virtual podrán descargar gratuitamente un ebook con la investigación completa de esta exposición, ilustrada con imágenes y documentos históricos.
La ciudadanía puede encontrar la exposición en el siguiente enlace: