Ruedas y martillos: la Bolsa de Bogotá y el desarrollo bursátil en Colombia

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Ruedas y martillos: la Bolsa de Bogotá y el desarrollo bursátil en Colombia

Por: mllaiton
Publicado el: Julio 2024
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Desde su establecimiento, la Bolsa de Bogotá ha sido un motor clave en la captación de inversiones y la canalización de recursos hacia el crecimiento empresarial en el país.

Por Juan David Rojas Guerrero. Historiador, contratista de la Subdirección de Gestión del Patrimonio Documental. Archivo de Bogotá

El establecimiento de la Bolsa de Bogotá fue un hito en el desarrollo económico e industrial del país en tanto fomentó la capitalización de las compañías privadas. Esta tiene su origen a finales de la década de 1920 en un contexto marcado por: crisis monetarias y políticas, tanto mundiales como locales, importantes inyecciones extranjeras de dinero, una mayor demanda de bienes y servicios, así como un mayor acceso a mercados internacionales. Todo lo anterior propició la introducción de una serie de medidas fiscales y monetarias con el fin de dar orden a la economía, entre las que se incluye la institucionalización de un mercado de capitales. Este desarrollo no fue el resultado de prácticas azarosas, sino la extensión y planeación de una serie de políticas económicas. Este proceso, quizá, puede ser mejor comprendido en el intervalo de tiempo entre las primeras décadas del siglo XX.

La entrada al siglo XX en Colombia está marcada por numerosas confrontaciones y guerras, siendo la más importante la de los Mil Días. Pese a lo cual, en este momento en que se registran varias innovaciones importantes en el manejo de la economía: se fundan bancos oficiales como el Banco Nacional en 1881, el Banco Central de Colombia en 1905, a la vez que; se autoriza la introducción del papel moneda en reemplazo del bimetalismo1. (Ocampo, 2021, págs. 34-43). Por otro lado, durante el Gobierno de Reyes (1904-1909) se creó la Junta de Conversión y Amortización2, la cual fue establecida con el objetivo principal de estabilizar el valor del peso colombiano y restaurar la confianza en la moneda nacional convirtiendo gradualmente el papel moneda en oro (Hernández; 2001). Es así como, a partir de las crisis, se generan instituciones y normativas con el fin de estabilizar la situación económica.

Tras estos años, el panorama económico parecía mejorar para Colombia. Se registró un posicionamiento de productos como el café, el banano y el petróleo en el mercado internacional, a la vez que la indemnización correspondiente a US$25 millones por el istmo de Panamá pagada por Estados Unidos y el acceso a mercados y préstamos extranjeros, facilitado por la puntualidad de pagos realizados sobre la deuda externa, configuró un excelente flujo de oro y dinero que incrementó las reservas internacionales en los bancos y, por primera vez en el siglo, se produjo un superávit.

No obstante, a partir de la experiencia generada de las grandes crisis internacionales, como la crisis de divisas de la Primera Guerra Mundial, Colombia decidió administrar de manera más ortodoxa su sistema fiscal y monetario. La primera medida que adoptó fue la de no retornar al manejo del papel moneda, pues durante la Regeneración ninguna política generó tanta oposición la reforma de monetaria de Rafael Núñez3 (Torres G., 2023, pp. 153-159). Adicionalmente, entre los años 1904 y 1919, ante la estabilización de los depósitos de la banca comercial y la imposibilidad de la conversión de divisas extranjeras a causa de la guerra en Europa, el gobierno tomó partida en la emisión de nuevos créditos a través de la figura de los bonos de deuda nacional que lograron capitalizar reservas o depósitos hasta una tercera parte del total nacional (Ocampo, 2021, pp. 62-63). 

Una vez terminado el conflicto en Europa, el país se lanzó hacia una nueva ola de reformas a sus instituciones económicas. Con el fin se enfrentar la inestabilidad financiera, introdujo paulatinamente políticas intervencionistas. Algunas de ellas fueron de corte centralista, como las arrojadas por la Misión Kemmerer4, que consolidaron instituciones sólidas y con políticas fiscales y monetarias conservadoras y moderadas en cuanto a regulación económica como el Banco de la República y la Superintendencia Bancaria creadas ambas en 1923.  Jesús A. Bejarano (1994, pág. 23) afirma que: 

“(…) el proteccionismo y los incentivos del Gobierno, la integración y ampliación de los mercados resultantes de las obras públicas, el mejoramiento de las condiciones monetarias, financieras y de comercio exterior del país, conjuntamente con la estabilidad política, permitieron la creación de sociedades fabriles y el montaje de fábricas que incorporaban al mercado nuevos productos, Se dieron los primeros pasos para fomentar la refinación de petróleo, se fundaron nuevos ingenios […], se inició la fabricación del cemento, del ácido sulfúrico y la industria textil se consolidó de tal manera que pudo convertirse [posteriormente] en el sector de punta del desarrollo industrial.” 

Otras medidas se vieron reflejadas en dinámicas del flujo de capitales. El auge y diversificación económica, así como la necesidad de organizar el mercado de valores mobiliarios para encausar este renglón de la actividad económica dentro de las reglas de la ética comercial, llevaron a la creación de la Bolsa de Bogotá, S.A. mediante el instrumento público registrado en la notaría tercera de Bogotá bajo el número 1.702 de 23 de noviembre de 1928 y firmada por Arthur Shuler, John Henri Coleman Davis, Jorge Soto del Corral, Vicente A. Vargas, Luis Soto, Roberto Michelsen, Walter Krische, G. Serventi, William M. Quibban, Luis Escobar, J. M. Tamayo, Edmundo Merchán, Charles R. Bock, L. Londoño y Jaime Holguín (Archivo de Bogotá, Fondo Bolsa de Bogotá, 190, sección Operaciones Bursátiles, serie documental Título Valores, unidad de conservación. 6, folios. 1-12)5, algunos de ellos ejercían como representantes de casas extranjeras en la negociación de café y tabaco, otros trabajaban como corredores de valores desde 19186. La Bolsa de Bogotá inició operaciones el primero de abril de 1928 en la parte alta del almacén de Agustín Nieto & Co. ubicado sobre “la catorce”. La Bolsa se ubicaría con posterioridad en otros tres lugares, a saber, en el Edificio Florián, en 1934; en la calle 14 con carrera 9ª, en 1939 y desde 1957 en el edificio de la Bolsa ubicado en la carrera 8ª con calle 14 (Uricoechea, 1978, pág. 15). A lo largo de sus primeros años de existencia, la Bolsa de Bogotá, tuvo como fundamento operacional el control sobre el flujo y la emisión de acciones para la financiación y protección de intereses de las sociedades que emergían. Este esquema de capitalización estuvo determinado por dos instituciones ya subrayadas, la organización del Banco de la República y la Superintendencia Bancaria, establecidas como resultado de las conclusiones kemmerianas.

La Bolsa ofreció, desde su inicio, un punto de reunión a sus miembros para tratar toda clase de negocios y facilitar la realización operaciones mercantiles, otorgando a su disposición seguridad, transparencia, eficacia y legalidad. Dentro de su funcionamiento se desarrollaban operaciones como la descripción en el comportamiento de las acciones, en donde se dejaba registro de las alzas y bajas de las acciones y cédulas hipotecarias. Se escribía a detalle la programación del ejercicio de la rueda de acciones, en la cual se ofertaban, bajo un tiempo moderado divididos en horarios o jornadas de mañana y tarde, los precios a los compradores y vendedores de ciertas acciones, cédulas, bonos de deuda y títulos respaldados por las compañías y sociedades como el Banco de Bogotá, El Banco de la República, El Banco Hipotecario de Colombia, la Sociedad Colombiana de Inversores, la Compañía Colombiana de Tabaco, Compañía Cine Colombia, las cervecerías Continental y Andes, Empresas Unidas de Energía Eléctrica, la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos SCADTA, entre otras. Dentro de su conjunto de operaciones, además de los ejercicios mencionados, se practicaban actividades como las del Martillo de la Bolsa, el cual consistía en brindar un espacio durante el día para el remate de mercancías respaldadas por compañías o casas comerciales extranjeras, que por supuesto también buscaban participación en la adquisición de capitales o la recuperación de sus intereses en estos espacios que brindaban las bolsas. 

La colección de los 104 tomos de boletines de la Bolsa dispone de todos los detalles de las operaciones diarias realizadas a lo largo de las dos jornadas de la rueda y las actividades de remates del martillo, en los cuales se evidencia que los grandes márgenes de capitalización corresponden a los créditos o bonos hipotecarios de los dos bancos comerciales más grandes, Bogotá y de Colombia. Sin embargo, precisamente sobre la configuración de las operaciones resulta adecuada la lectura de las discusiones consignadas en los tomos de las actas de la Junta Directica y Consejo Directo, pues allí consta toda la evolución en materia de la sujeción fiscal estipulada por los diálogos entre la Bolsa y la Superintendencia Bancaria, así como la participación de capitales centralizados como el Banco de la República. Adicionalmente, en el fondo se puede investigar, por ejemplo, el impacto que tuvo la Gran Depresión y la caída mundial de los mercados bursátiles internacionales en octubre de 1929 (Poveda, 2018)7, a tan solo 6 seis meses de la apertura de las operaciones de la Bolsa de Bogotá la que cual tuvo lugar el 3 de abril de 19298

En conclusión, la Bolsa de Bogotá desempeñó un papel fundamental en el desarrollo económico de Colombia. Desde sus inicios a principios del siglo XX, constituida como una plataforma para la negociación de valores, hasta su fusión en el año 2001 en la Bolsa de Valores de Colombia, se posicionó como uno de los espacios financieros más importantes de América Latina; facilitó la inversión, la captación de recursos y contribuyó significativamente al crecimiento empresarial en el país. A lo largo de su historia, la Bolsa enfrentó desafíos y se consolido como autoridad bursátil en el panorama económico colombiano, adaptándose a cambios regulatorios y tecnológicos para mantener su relevancia y eficiencia. 

 

Certificado accionario o título valor No. 71 de marzo de 1935, en el que se certifica la posesión de dos acciones de la Bolsa de Bogotá a nombre de Carlos Martínez Toro y cuyo valor corresponde a diez pesos cada una.

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 El Bimetalismo se refiere a la era comprendida entre 1870 y 1885, la cual corresponde a la libre emisión y respaldo monetario por los bancos federales, así como el auge de las exportaciones de quina, oro y café y su posterior colapso internacional por el nuevo impulso internacional por el establecimiento de estas mismas plantaciones en el lejano Oriente. En este periodo también ocurren las guerras civiles de 1876 a 1877 y el punto final a la experiencia federativa tras la guerra civil de 1884 a 1885. Esta equivalencia nunca fue del todo estable, o sólida si se quiere observar, puesto que, con el transcurso de las décadas, las crisis y de las guerras se fueron acuñando monedas de pureza más reducida, lo que se puede entender con detenimiento en el Capítulo I Vicisitudes monetarias y financieras en una economía preindustrial 1870-1922.

2  La Junta operaba como una entidad gubernamental y órgano financiero autónomo que debía recibir las antiguas monedas de menor valor y entregar a cambio nuevas monedas o billetes respaldados por reservas sólidas como oro y, posteriormente, también con divisas estables, lo cual fue una tarea que no se podía solventar en el corto plazo, pues las reservas nunca fueron suficientes para respaldar las emisiones de dinero que habían sido distribuidas por los Gobiernos durante la guerra de los Mil Días.

3 Antes de la reforma, Colombia utilizaba principalmente monedas metálicas (como el peso plata) y había experimentado problemas de escasez de efectivo y fluctuaciones en el valor de las monedas debido a la inflación y a la falta de un sistema monetario robusto. El modelo del papel moneda, el cual consistía en una nueva forma de préstamos forzosos que mermaba la disciplina fiscal e incrementaba la incertidumbre de los negocios de las compañías privadas. Por otro lado, esta reforma fue parte de un esfuerzo más amplio para modernizar y estabilizar la economía del país después de un período de inestabilidad política y financiera, y como parte de esta reforma, se introdujo el papel moneda respaldado por el Peso Oro lo que implicaba que valor del peso colombiano estaría respaldado por una cantidad específica de oro, como unidad monetaria vinculada al estándar de oro internacional, lo que ayudaría a estabilizar su valor y a ganar confianza tanto a nivel nacional como internacional (Torres G., 2023, pp. 153-159).

Edwin Kemmerer, economista de la Universidad de Princeton a quien le fueron encargadas dos misiones en Colombia: la primera, en 1923, tuvo como resultado la creación del Banco de la República y la Superintendencia Bancaria y la segunda, en 1931, se encargó de la revisión en el correcto funcionamiento de dichas instituciones.

5  En la colección de documentos del Fondo Documental Bolsa de Bogotá, se encuentra, sin embargo, una copia del Instrumento Público No. 869 del 28 de julio de 1903, registrado en la Notaría Cuarta de Bogotá, posiblemente resguardado como un antecedente del intento de la constitución de la Bolsa de Valores de Bogotá, pues, también hay noticia que para 1901 se intentó consolidar una primera bolsa para regular un mercado de valores en la ciudad de Medellín.

6 Estatutos de la sociedad “Bolsa de Bogotá, S.A.”. Bogotá: Editorial de Cromos, 1929. p. 46. Archivo de Bogotá. fondo Bolsa de Bogotá, Sección Dirección Consejo y Junta Directiva, serie documental Normas y estatutos, caja No. 39.

En:  https://archivobogota.secretariageneral.gov.co/node/1657 

8 Así lo demuestran las páginas del Tomo No.1 de los Boletines de la Bolsa de abril a agosto de 1929. Archivo de Bogotá, fondo Bolsa de Bogotá, sección Operaciones bursátiles, serie documental Boletines, caja No. 1, Tomo No. 1, ff. 1-108.

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Bibliografía.

Archivos.

  1. Archivo de Bogotá. Fondo Bolsa de Bogotá. 1928-1992. Bogotá. 2007.

Libros.

  1. Ocampo, José Antonio. Una historia del sistema financiero en Colombia 1870-2021. ASOBANCARIA, MNR Comunicaciones y Ediciones S.A.S. Bogotá, Colombia.

  2. Herrera Osorio, Fredy Andrei; Benjumea Betancur, José Yesid. Estudio Sobre el Mercado de Valores. Bogotá, Universidad El Bosque, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, 2017.

  3. López Roca, Luis Fernando; Baquero Herrera, Mauricio; Corredor Higuera, Jorge Armando; Ed. Estudios jurídicos sobre el Mercado de Valores. Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 2018.

  4. Sastoque Ramírez, Edna Carolina. El papel de los banqueros en la construcción de Estado y soberanía monetaria en Colombia. Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 2018.

  5. Jaramillo Uribe, Jaime; Ed. Manual de Historia de Colombia. Tomo III. Tercer Mundo Editores. Procultura S. A. Primera reimpresión. 1994.

  6. Torres García, Guillermo. Historia de la moneda en Colombia. Segunda edición. Banco de la República. Bogotá. 2023.

Recursos electrónicos.

  1. Poveda, Ima. La Bolsa de Bogota. Archivo de Bogotá. Bogotá. Septiembre de 2018.

  2. Hernández Gamarra, Antonio. Orígenes de la banca comercial en Colombia: la banca libre 1870-1886. La banca central en Colombia: Banco Nacional (1880), Banco Central (1905), Banco de la República (1923). Revista Credencial Historia, No. 135. Marzo de 2001.

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